Recientemente un grupo de activistas cibernéticos pudo hackear archivos del ejército mexicano, salvadoreño, chileno, guatemalteco y colombiano, haciendo públicos más de 6 tareas de información, más de 4.3 millones de emails, muchos de ellos clasificados, sobre las tareas en los diferentes rubros donde el ejército interviene. Esto ha puesto al descubierto el poder del ejército en el gobierno actual y su papel dentro del capitalismo.
¿Qué papel juega el ejército en la sociedad?
Al mismo tiempo que se daban las filtraciones se discutía en el senado y los diputados que el ejército permaneciera seis años más en las calles y que la Guardia Nacional pasará a ser parte del ejército. Estas ideas de “reforzar” la seguridad pública con el ejército fueron planteadas por primera vez por la derecha en la época de Calderón y mantenidas con Peña Nieto. En ese momento AMLO y muchos de los que hoy están en la dirección de Morena agitaban con la consigna de regresar el ejército a los cuarteles. Varios años después se han invertido los papeles.
Ahora es AMLO, la dirección de Morena y personajes de la izquierda reformista son los responsables de mantener esta política reaccionaria y la derecha cínicamente se opone, no porque esté en contra, sino porque todo lo que hace el gobierno lo intenta censurar, es su consigna. En cuatro años el péndulo político a dado una vuelta de 360 grados, la misma consigna de militarizar la seguridad pública y otorgarle más poder al ejército es empujada por los reformistas, cumpliendo el plan de la derecha y en la oposición la derecha, deseando que le vaya mal a quien ha cumplido su fantasía. Con ello la política nos muestra que, los reformistas, al no plantear una lucha contra el capitalismo, terminan defendiendo ideas que la derecha sume como necesarias. Si no rompes el capitalismo, te toca organizarlo bajo su lógica.
AMLO ha dicho que el ejército es el pueblo uniformado. Aquí se encierran dos mentirás que las filtraciones dejan ver claramente. Es cierto que el reclutamiento del ejército viene de los sectores más pobres de la población, lo cual se ve como una forma de tener un trabajo seguro y prestaciones por encima de la ley. Pero es falso en el sentido que son los deseos del pueblo los que se manifiestan en el ejército, por el contrario, está institución doblega y somete a fuerza de sanciones cualquier intento de romper la disciplina militar que es muy básica y transparente: defender los intereses del capitalismo.
La segunda mentira es que el ejército está controlado por el gobierno y es fiel a los ideales de los pobres. Las filtraciones dejan ver cómo es que el ejército tiene una vida propia, dirigencia propia, intereses y objetivos propios, a pesar de lo que diga el presidente, las leyes, los derechos humanos, etc. Para ejemplificar esto, podemos decir que a pesar de que AMLO dijo que no se esperaría nadie, las filtraciones han dejado en claro que el ejército espía a partidos políticos, grupos criminales y activistas sociales.
El ejército es un instrumento más del Estado para garantizar el sistema que la clase dominante económicamente ha diseñado para gobernar. Cuando se pierde de vista esta verdad teórica, terminas aceptando cualquier tontería que justifica al ejército, que en el país tiene una historial de represión y asesinatos contra la izquierda revolucionaria.
Nos nos sorprendería nada que los dirigentes de la 4T y el gobierno simplemente digan que las filtraciones son un acto de la derecha para golpear al ejército, aliado firme del presidente, y cierre los ojos de forma vergonzosa sobre lo que se ha filtrado – espionaje a grupos políticos de izquierda, venta de armas al narco, seguimiento a personajes políticos, etc.-
Las filtraciones
El 29 de septiembre se conoció por vez primera sobre el hackeo, al día siguiente el mismo Andres Manuel lo ratificó al afirmar que las enfermedades que él tenía eran ciertas, las cuales se supieron por las filtraciones. Seis Teras de datos se pueden traducir en millones de mensajes y correos electrónicos. Algunos analistas han dicho que llevará años analizarlos por completo. Pero lo que ahora sabemos ya es signo de un escándalo y va desde aspectos que se pueden considerar secundarios, como el despido de un soldado que fue acusado por un cocinero de que no estaban de acuerdo con el presidente, hasta casos de violaciones y homicidios dentro del ejército. De alguna forma estas filtraciones han desnudado una parte de la vida interna de la institución castrense.
Otra parte de las filtraciones tiene que ver con el trabajo de inteligencia que hace contra el crimen organizado. Por ejemplo se da conocer una red de corrupción entre mandos políticas, políticos y Guardia Nacional con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en los estados de Tamaulipas, Veracruz, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo y Yucatán. El informe saca a relucir las ligas qué hay entre instituciones de seguridad pública y el narco en las nuevas administraciones, muchas de ellas de Morena. Otro caso importante es la relación qué hay entre gente puesta por el ahora Secretario de Gobernación, Adán Augusto, en el cargo de Seguridad Pública, cuando éste era gobernador de Tabasco, Hernán Bermúdez con el mismo cartel de la droga.
La lista es larga en este tipo de información. En Jalisco, por ejemplo, se da información de los nexos del narco con el gobernador del estado, Enrique Alfaro. También hay información sobre funcionarios de alto rango del gobierno de Morelos y Veracruz vinculados a la estructura criminal. Otro de los puntos que destaca es la situación en Guerrero, donde se informa que una buena parte de presidentes municipales están vinculados a la delincuencia organizada. Se sabía con antelación que el ex fiscal de Nayarit, Edgar Veytia, era protector del CJNG.
Toda esta información no son suposiciones, es trabajo de inteligencia que hace el ejército , interceptando llamadas telefónicas, haciendo seguimiento a personajes, registro de cuentas, etc. La pregunta que uno se puede hacer es, ¿por qué si ya se tiene conocimiento de esto, no se actúa? Se supone que la idea del gobierno es terminar con la corrupción, que la Guardia Nacional no es corrupta, que los gobiernos de Morena (algunos de sus integrantes) luchan contra el crimen organizado. Nada de esto es cierto al 100 por 100. Esa es la explicación por la cual el ejército u otras instituciones no actúan, porque dejarían al descubierto que no se ha terminado con estas lacras de la sociedad.
Hay otra parte de las filtraciones que son más graves, las que tienen un ver con el seguimiento político a los grupos disidentes del gobierno y principalmente grupos anticapitalistas. AMLO dijo que en su gobierno no es espía a nadie, sin embargo en la información hackeada salen registros de contratos que ha hecho la institución castrense con la Comercializadora Antsua para “monitoreo remoto de información”, en 2019. Esta empresa ofreció Pegasso para realizar estas tareas. El ejército tiene tecnología para espiar teléfonos y computadoras. Esto demuestra claramente que ellos están por encima de su “jefe directo” y hacen lo que quieren.
Se da seguimiento a activistas de izquierda vinculados a los movimientos sociales, por ejemplo al magisterio organizado en la CNTE y la CTG, a normalistas, a grupos feministas, dirigentes de partidos, etc. Esto no solo viola derechos humanos y garantías individuales, sino que expone de cuerpo entero al ejércitos como un brazo represivo del Estado. Pone más atención a los que consideran riesgos políticos que al crimen organizado.
El poder de las fuerzas armadas
Como lo mencionamos anteriormente, estas filtraciones se dan en medio de una discusión abierta sobre el poder de las fuerzas armadas, las cuales juegan el rol de “mano derecha” del actual gobierno. Andres Manuel ha dicho que le está entregando el control al ejército de proyectos de infraestructura importantes, para evitar que se privaticen cuando su gobierno termine. Sabe perfectamente que está dando a los militares un papel relevante en el terreno económico, político y social, y lo justifica diciendo que esta institución es defensora del interés nacional y no dejaría que se privaticen los bienes de la nación. Lo que dice entre líneas es que el ejército es el verdadero garante de los intereses de la nación. Esto es lo que conlleva tener una ideología nacionalista, la cual esconde o deja de tirar el conflicto de clases en la sociedad y el papel que juega el ejercito en ella.
Los militares ahora controlan las carreteras, las aduanas, la seguridad pública , el sistema de inteligencia del Estado, administran empresas, definen la política migratoria y hasta siembran árboles. Las empresas castrenses van a administrar 4 aeropuertos internacionales (Felipe Angeles, el de Palenque, Tulum y Chetumal) y el Tren Maya. Según el Universal, van a incursionar en la ruta maya con 6 hoteles, además de tener 2 parques nacionales y dos museos. Incluso se está barajando la posibilidad de que tengan una aerolínea con al menos 10 aviones. Con la incorporación de la Guardia Nacional a su custodia, los recursos que van a disponer a partir del año siguiente se incrementarán en más de 68 mil millones de pesos.
No podemos defender esta política de ninguna forma. Se están sentando las bases para fortalecer económica y políticamente a una institución que tiene las manos manchadas de sangre. La política del gobierno al respecto es reaccionaria y altamente peligrosa para la izquierda social y revolucionaria.
Seguramente que seguirá saliendo información sobre las filtraciones y nos ayudará entender mejor la intervención que los militares en la vida política del país, su fuerza y rol de sostenedor del sistema criminal capitalista.