Escrito por: Antonio Serrano
Votación histórica, respuesta anacrónica
El pasado 1 de julio el pueblo de Hidalgo logró a través de las urnas transmitir un mensaje claro a los órganos de poder: es necesaria la transformación radical de la vida pública en nuestra entidad y el país (además los cambios también se deben de desarrollar en el ámbito económico y social), otorgaron su confianza al proyecto de Andrés Manuel López Obrador. Bajo la consigna de voto parejo, la renovación de las cámaras legislativas fue histórica: 17 de 18 diputados locales, los 7 diputados federales y las 2 senadurias de mayoría pasaron a manos de MORENA.
Fue un llamado contra la corrupción, el tráfico de influencias y la impunidad características del régimen priísta, ahora la izquierda hidalguense será mayoritaria en los órganos encargados de crear leyes.
No sirvieron las amenazas sobre el recorte a apoyos, los intentos de compra de voluntades, ni el control de los órganos electorales locales, el gobierno no fue refrendado en las urnas, el repudio al régimen se expresó.
Luego de la derrota, los “enlaces políticos” regresaron a sus comunidades, aviadores del gobierno sin encargo oficial cuya única misión es amenazar o comprar votos en un territorio asignado: “el gobernador está muy enojado porque no respondieron, ni se les ocurra que los programas, apoyos o subvenciones productivas estatales llegarán a su comunidad” decían, haciendo gala de su soberbia.
El albazo legislativo
A pesar de que Omar Fayad manifestó un apoyo comodino luego del triunfo de Andrés Manuel, argumentando que él también vivía bajo los principios de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo, sus acciones lo han desmentido.
La legislatura hidalguense recibió una orden clara, el PRI habría de aprovechar sus últimos días de dominación para manipular las leyes, a fin de castigar al pueblo (afectando la reserva territorial del Ejido de Zapotlán), lucrar con el presupuesto público (duplicando la deuda en términos reales) y modificar las reglas para que la mayoría de MORENA en el congreso de Hidalgo se mantuviera bajo la vigilancia y coacción del gobernador.
Frustrando la posibilidad de que el gobierno actual fuera castigado por cuestiones de corrupción o comisión de delitos, se renovaron los 4 magistrados del Tribunal de Justicia Administrativa, encargados de resolver los conflictos que se generan por la aplicación del Sistema Anticorrupción; el Procurador General de Justicia, persecutor e investigador de delitos y se crearon 3 nuevas plazas de magistrados del Tribunal Superior, quienes podrían integrarse a las Salas Penales, encargadas de castigar con cárcel los delitos que se cometan, impunidad garantizada y control político del poder punitivo estatal.
La nueva deuda
La propaganda oficial simula que el endeudamiento aprobado se basa en una proyección que producirá ahorros, nada más alejado de la realidad, lo aprobado significa la contratación de nuevos créditos hasta por el monto de la deuda actual, que asciende a $5,169,902,159.36. Se duplicaron los créditos, supuestamente para pagar los anteriores, pero pedir un préstamo nuevo para pagar una deuda es un absurdo financiero.
Lo que se esconde es el manejo discrecional de los nuevos recursos, a través de fideicomisos públicos, desvío de recursos para enriquecimiento ilícito, compra de lealtades de la nueva clase política y represión social.
Se otorgó a Omar Fayad la administración absoluta de la nueva deuda: sus actos serán irrevocables y la garantía de pago serán las futuras participaciones federales que correspondan al Estado. La opacidad es total, no se autorizó algún contrato en concreto con condiciones susceptibles de analizarse, se facultó al gobernador para que se endeude de la manera que se le antoje, renunciándose a cualquier tipo de control.
Establece el decreto que el plazo de pago no podrá ascender de 20 años, pero solo respecto a los intereses, a ello habrán de incluirse “los años de gracia para el pago del capital que en cada caso se convenga” y quien habrá de acordar esos tiempos es Omar Fayad Meneses.
Igualmente, en la elaboración del presupuesto de ingresos, el legislativo no podrá etiquetar el destino de los recursos obtenidos con la nueva deuda, pero en el Presupuesto de Egresos deberán fijarse como siempre como gasto.
Se estipula también que el gobernador puede destinar el préstamo obtenido a “nuevos gastos para el pago de costos (…) gastos, penas y pagos que por cualquier concepto llegaren a causarse”. Resulta inaudita la autorización de gastos para más gastos. Un barril de corrupción sin límites como regalo “irrevocable” para el gobernador.
Nuestro papel
No podemos analizar a detalle todas las reformas hechas, pero el propósito se ha esbozado, basta añadir las restricciones que se plantean a los nuevos representantes populares electos por MORENA para el congreso local, quienes a pesar de haber obtenido el 94% de las curules de mayoría, no ocuparán la presidencia de la Junta de Gobierno de manera ininterrumpida y, por su parte el PRI, a pesar de que obtuvo el restante 6%, podrá estar presente es todas las comisiones legislativas.
Es así que se hace necesario seguir manifestando nuestro desprecio a la burla que se pretende hacia el pueblo, organizar las estructuras sociales ideológicamente sólidas e informadas que se opongan al robo de los recursos del pueblo hidalguense.
Debemos exigir la efectividad del mandato popular expresado en las urnas, la transformación de la vida pública debe radical, sin tolerancia alguna para la autocracia de Fayad, quien se ha mostrado enemigo de la voluntad popular.
Es por eso que respetamos y apoyamos las movilizaciones que se han convocado y que seguirán sucediéndose en Hidalgo contra el autoritarismo represivo del gobernador y contra el ataque a la soberanía del poder legislativo electo.
Es por eso que demandamos y exigimos:
¡Juicio Político a Omar Fayad!