Bajos salarios, despidos injustificados sin liquidación, sin seguridad social, sin vacaciones, sin prestaciones, padeciendo vejaciones y abusos; así laboran miles de trabajadores que realizan labores de limpieza en una de las instituciones de educación superior más importantes del país: el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Esta situación ha generado paros y movilizaciones en distintos planteles y centros de trabajo, debido a que llevan semanas laborando sin cobrar su salario. La protesta encontró eco, incluso dentro del propio Palacio Nacional: “Con Jesús (el coordinador general de comunicación social), le das la información y en el primer caso, la secretaria de Educación, Lety Ramírez (la secretaria de educación pública), lo va a ver, lo de los trabajadores del Politécnico.” Así respondió el presidente ante el cuestionamiento de un reportero por las protestas de los trabajadores de limpieza en el IPN, el pasado 4 de abril en su conferencia mañanera.
La terciarización del trabajo
Carlos Marx explicó que los trabajadores sin organización somos materia prima para la explotación; esta es la realidad de esta franja de trabajadores que se enfrenta, sin ningún tipo de protección, a la voracidad de los dueños de las empresas que venden mano de obra, mediante el denominado outsourcing, en complicidad con las autoridades del IPN.
La subcontratación, terciarización u outsourcing, es un servicio contratado por empresas que consiste en ofrecer mano de obra a otra o a las instituciones de gobierno para realizar determinada actividad, en este caso las labores de limpieza. En el año 2021, el Instituto Mexicano de Seguridad Social reportó que cerca de 5 millones de personas en nuestro país laboraban bajo esta modalidad, el cuarto lugar del mundo, solo detrás de Estados Unidos, China y Japón.
Este esquema ha precarizado al máximo el trabajo, pues las empresas contratantes de los servicios de mano de obra no asumen ningún tipo de responsabilidad sobre los trabajadores; y las que contratan, lo hacen con salarios bajo y sin ningún tipo de prestaciones, además los trabajadores pueden ser despedidos sin ningún tipo de indemnización.
En el caso de las actividades de limpieza, las empresas del llamado “Zar de la limpieza”, Marco Antonio Jesús Reyes Saldívar, o del “Cártel de la limpieza”, encabezado por José Juan Reyes Mote, cometieron actos de corrupción en sus licitaciones. Aunque en 2021 fue aprobada la Ley para regularizar el outsourcing, este sigue persistiendo a nivel nacional y las empresas se las arreglan para evadir todas las reglamentaciones y seguir funcionando. Esta Ley contemplaba que el esquema del outsourcing se podrá utilizar, para la “prestación de servicios especializados” y que “las obras y servicios no deben formar parte del objeto social, ni de la actividad económica principal de la compañía”.
Aunque la reforma permitió que cerca de 2.9 millones de trabajadores pasaran a formar parte de una empresa prestadora de servicios de personal a una empresa real, y se logró el incremento del salario de estos trabajadores; aún persisten situaciones como las que se presenta en el Instituto Politécnico Nacional.
Las autoridades del Politécnico pueden argumentar que la limpieza no forma parte de la “función social de la institución”, por lo que se sigue recurriendo a este tipo de contrataciones; la pregunta obligada es: si no se desarrollan las tareas de limpieza, ¿se pueden cumplir correctamente el proceso de aprendizaje en las escuelas y las labores administrativas en las unidades correspondientes?
En el IPN
Son cerca de 4 mil trabajadores de limpieza que laboran bajo este esquema en la institución. A pesar de la ley del 2021, sus condiciones de trabajo no han mejorado: continúan sufriendo abusos por parte de sus supervisores, sus salarios son bajos, no cuentan con seguridad social, ni con vacaciones, además sufren todo tipo de maltratos y vejaciones.
Cada que se realiza un nuevo contrato con otra empresa, a los trabajadores se les amenaza con despedirlos o simplemente se les deja de pagar durante semanas, como sucede actualmente. El contrato millonario entre el IPN y las empresas de limpieza supera los 469 millones de pesos, el actual contrato fue cancelado debido a irregularidades en la licitación con la empresa Armot, cuyo dueño es ni más ni menos que el que encabeza del llamado “Cártel de la Limpieza”, José Juan Reyes Mote.
Acto seguido, a los trabajadores se les dejó de pagar desde la segunda quincena de marzo y se amenazó con el despido de los 4 mil trabajadores, algunos de los cuales han respondido con manifestaciones y paros de labores en escuelas y unidades.
Dicha situación ha encontrado la solidaridad de sectores de la comunidad del Politécnico. Estudiantes organizados han comenzado a acercarse a los trabajadores para manifestarles su apoyo, incluso han empezado a aparecer carteles de simpatía con su lucha. Todo esto, en un contexto en donde la lucha estudiantil ha ido en incremento en las últimas semanas.
El sector democrático de los trabajadores politécnicos, aglutinado en el Bloque de Delegaciones Democráticas, mediante un comunicado manifestó su apoyo y solidaridad, exigió el pago de los salarios pendientes y su posición fue más allá de la solidaridad, que es necesaria, puesto que entre las funciones de los trabajadores de base politécnicos aún contempla la función de intendencia, jardinería y vigilancia: demandó la basificación de los trabajadores. Las otras expresiones de la Sección 11 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación han guardado silencio.
Es una contradicción que la actual administración del IPN visualice al Instituto como una institución de alcance internacional, mientras dentro suceden flagrantes violaciones laborales y prevalecen condiciones de esclavitud laboral, pues ¿de qué otra manera se puede describir el que mantengan laborando a trabajadores sin pagarles o pagarles paulatinamente? ¿De qué han vivido las miles de familias que dependen de los ingresos de estos trabajadores durante estas semanas? ¿Cuál ha sido su alimentación? ¿Cómo han cubierto sus familiares sus gastos regulares? No solamente son números los que las empresas de limpieza y las autoridades del IPN deben reportar. Los estudiantes, profesores y trabajadores conscientes deben sumarse a la exigencia del pago de los adeudos a los trabajadores de limpieza y a la demanda que el Bloque de Delegaciones Democráticas ha planteado: la basificación para terminar con la precarización y los abusos laborales que se cometen en el Instituto Politécnico Nacional.
El posicionamiento del Bloque: https://www.facebook.com/BloqueIPN/posts/pfbid0iu3gYK75Gzcrn3cnACijuCJKcRBD7NzN115dUBZeFQUq4v7AjSQYxvkLrKM1G5PMl