A los 97 años de edad ha fallecido el nieto de León Trotsky, quien acompañó al revolucionario ruso en los últimos años de su vida, el más entregado de los hombres en la defensa de la historia de su abuelo y sus ideas.
Esteban Volkov nació en medio del ascenso de la burocracia soviética y su vida estuvo marcada desde muy joven por la violencia que Stalin ejerció contra toda su familia.
Su padre, Platón Volkov, fue arrestado y ejecutado por su militancia política en la oposición de izquierda en 1928. Su madre, hija del primer matrimonio de Trotsky, Zinaida, se quitó la vida al verse presa de las persecuciones estalinistas en 1933.
Esteban Volkov vivió con su tío, León Sedov, cuando quedó huérfano. También Sedov fue asesinado por la garra estalinista y quedó a resguardo de su esposa, quien lo reclamaba legalmente como suyo, no fue hasta que la familia de los Rosmel, amigos íntimos de los Trotsky, lo trajeron a México con su abuelo.
Con tan sólo 13 años de edad, Esteban fue testigo del primer intento de asesinato y de la muerte de su abuelo León Trotsky. Este acontecimiento le marcaría para toda su vida.
A pesar de que tuvo una vida intensa en lo personal y profesional, su mayor pasión fue cuidar el legado de la memoria histórica de su abuelo, luchando contra toda la calumnia estalinista que no ha cesado hasta hoy. En esta lucha fundó la Casa Museo León Trotsky la cual dirigió una gran parte de su vida.
Desde esa trinchera impulsó la publicación de los libros de su abuelo, miles de charlas, paseos por el museo, documentales, etc.
Podemos decir sin equívoco, que la mayor y más importante parte de su vida se la dedicó a esta tarea política que sólo podía hacer él.
Con tristeza nos enteramos de su muerte, pero con la tarea de recordarle siempre preservando su memoria y la de su abuelo, que podríamos resumirlo en una frase, la lucha por el socialismo.