Escrito por: Karla Yaruth Pascual y Alan Garín
Últimamente cuando visitamos las redes sociales difícilmente podemos escapar de las notas rojas que nos flashean con cifras aterradoras acerca de la violencia en nuestro país.
Se dice que cifras de la violencia se encuentran a la altura de países como Siria. Con alrededor de 20.852 muertes en 2016 registrado como uno de sus años más violentos.
En estas muertes entran los periodistas asesinados tal como el caso del compañero Edgar Daniel Esqueda en San Luis Potosí en este octubre de 2017. Que recibió amenazas por parte de elementos Policiales y que después allanaron su domicilio. Así muchos compañeros periodistas que han silenciado en los últimos años.
Desgraciadamente aquí también entran las muertes de nuestras amigas, hermanas, compañeras, trabajadoras que desaparecen, que son asesinadas y qué sus muertes quedan impunes
Así como el caso de Mara, que a diferencia de otros casos ella salió en varios medios televisivos, se lanzaron alertas, pero aún con todo eso Mara no logró aparecer viva, después de salir de un antro y tomar un taxi de la empresa Cabify.
Otro caso es el de Victoria Salas que fue encontrada en un Hotel en Coapa el pasado 4 de Septiembre 10 de la mañana después de que su novio Mario Saenz saliera del Hotel.
Lesvy que fue encontrada en una cabina telefónica del Instituto de Ingeniería en Ciudad Universitaria, El 3 de mayo después de salir con sus amigos y estar con su novio.
Este lunes 10 de octubre nos sorprenden con la noticia de que ha aparecido una joven de nombre Anayetzin Damaris Fragoso, en el interior de un clóset en una casa ubicada en Riobamba número 738 en Lindavista misma que se presume es de su novio Omar Arreola (presunto culpable y desaparecido). La encontraron sin vida envuelta en una sábana con alrededor de 16 heridas realizadas por un objeto punzocortante. La última vez que la vieron fue cerca de su domicilio en Santa Clara Coatitla en Ecatepec.
Así podríamos seguir con la lista terrible de feminicidios del último periodo a las que nos está condenando este sistema. Pero no somos sólo nombres o cifras o no lo deberíamos ser.
En estos momentos la situación de hombres y mujeres es muy difícil pues diariamente luchan por sobrevivir a la violencia, ya sea en el transporte público con los asaltos, secuestros, la enfermedad, la precariedad laboral, los accidentes, o sismos.
Diariamente la gente sale a trabajar para ganarse la vida, los jóvenes a estudiar y poder progresar.
El sistema capitalista imperante ya no tiene nada que ofrecer a la sociedad donde en los últimos años se ha saqueado al país.
Un país que reduce su matrícula en las universidades, donde los empleos ofrecen condiciones de precariedad y miseria, donde su Juventud está desocupada, pero tiene un montón de necesidades. Donde ya no se tiene seguridad acerca de los precios de la Gasolina y que por ende ocasiona alzas en los productos de primera necesidad.
Realmente no quedan muchas opciones para buscar un progreso y es el mismo sistema que orilla a las nuevas generaciones a delinquir. Sin mencionar la cultura del narco y la trata de personas que toma fuerza ante el vacío de una alternativa para los jóvenes.
Es la misma crisis que recrudece los escenarios de nuestras vidas, y obviamente el papel del Estado y su clase Privilegiada quiénes han jugado un papel principal en esta podredumbre.
Es el Estado mexicano quién naturaliza las muertes porque el mismo mata, golpea, viola, desaparece a sus estudiantes, periodistas, gente honesta y trabajadora. Será el mismo estado que se encubra y que este al pendiente de sus negocios turbios con el narco, su corrupción, que esté preocupado por tapar sus propios crímenes que resolver la situación y la emergencia nacional.
En este contexto donde un muerto ya no causa mucho impacto para las autoridades, la sociedad se comienza a acostumbrar ante este hecho. La gente más ruin se da cuenta que no pasa nada si un día mata a alguien, pues la mayoría de los asesinatos quedan impunes, donde un hombre puede matar a su novia o a su esposa y que simplemente no pase nada.
Para las autoridades esto está bajo control por eso no llaman a la alerta de género pues los feminicidios cometidos son crímenes pasionales, o accidentes de las victimas que son primero culpables por vivir y tratar de ser libres. Que sí a las mujeres las están matando es porque se lo buscaron, por borrachas, por salir en las noches o mil calumnias, antes de reconocer que existe esta tremenda crisis social.
La situación es clara en el último sexenio la cifras son alarmantes pues tan sólo en 2017 hasta el mes de marzo habían ocurrido 369 asesinatos de género.
Los principales puntos rojos son en colonias populares, en el Estado de México y la Ciudad de México, son mujeres en situaciones hostiles donde la crisis social raspa de forma más aguda ,mujeres que incluso han sido víctimas de violencia de género desde pequeñas, en sus casas , escuelas, trabajo. Que provienen de familias que no cuentan con los recursos para darle seguimiento a los casos y la mayoría quedan impones.
Sin embargo también existen asesinatos a mujeres que tienen un estilo de vida acomodada. Y qué a pesar de eso no quedan exentas de este fenómeno. Pues la violencia esta llegando a las diferentes capaz de la sociedad.
Es por estas razones que consideramos desde la Izquierda Socialista, las Juventudes Marxistas y el Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico que debemos luchar por la emancipación y liberación de la mujer y que debe trascender las barreras separatistas donde se orilla a los compañeros hombres conscientes y que también quieren combatir la problemática que ha traído el pensamiento machista en esta sociedad. Juntos como hermanos y hermanas de clase debemos combatir hoy cualquier tipo de opresión contra la mujer pero sin dejar de exterminar el problema de raíz y es exterminando el sistema capitalista. Una vez exterminado el sistema capitalista combatir las telarañas del viejo sistema en las mentes del pueblo trabajador, pues sin duda reconocemos que los pensamientos del viejo sistema como lo es el machismo están presentes en el proletariado y debemos seguir combatiendo esta problemática con campañas masivas en contra del machismo sin hacer a un lado la lucha de exterminar la explotación del hombre por el hombre.
Las mujeres en conjunto con los hombres que son nuestros hermanos de clase nos debemos organizar, así como el pasado 17 de septiembre que salimos a las calles para exigir justicia por Mara. El asesinato de Anayetzin Damaris Fragoso no puede quedar impune y se debe hacer justicia, por ello es necesaria la unidad en la lucha contra la impunidad.
¡Salir a luchar por nuestra dignificación y respeto a nuestras vidas como seres humanos y mujeres es luchar contra el capitalismo feminicida!
¡Queremos a nuestras mujeres vivas y libres!
¡Ni una menos!
¡Exigimos Justicia para Anayetzin Damaris Fragoso!
¡Exterminemos al capitalismo feminicida!