Por La Izquierda Socialista
Desde el 17 y hasta el 27 de junio se está desarrollando la votación para elegir las planillas que van a remplazar a la mitad del actual Comité Central del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) durante el periodo 2019-2024, es decir por cinco años. La dirección actual del SME se juega la continuidad de sus negocios privados en el sector energético de la mano de la trasnacional portuguesa Mota Engil. En otras palabras, está en entredicho la estrategia empresarial por obtener del gobierno actual contratos de generación y venta de fluido eléctrico en la industria privatizada a través de Generadora Fénix y la empresa SUBACE, a través de acuerdos clasificados que fueron pactados con el gobierno de Peña Nieto. Además está en juego la permanencia de una red de corrupción —que ya hemos evidenciado en artículos anteriores— de liquidaciones millonarias, sueldos de privilegio por parte del consejo de administración con Mota Engil, negocios privados con los bienes sindicales (uso discrecional de las cuotas sindicales, renta de salones de fiesta e instalaciones del SME, venta de agua purificada, etcétera), sueldos mensuales que rondan los 30 mil pesos para familiares y lambiscones de la dirección e incluso la promesa de beneficiarse con este manto de corrupción que tiene cautivos a una capa de trabajadores.
Es una verdad innegable que ninguna capa burocrática en la historia ha renunciado a sus privilegios voluntariamente y la dirección encabezada por Martín Esparza no será la excepción, está desesperada por aferrase al poder utilizando toda clase de maniobras fraudulentas: impidieron el registro de la planilla «frente amplio de unidad» encabezada por Fernando Oliva (pretextando que no todos eran miembros activos del sindicato dada una modificación de los estatutos donde sólo trabajadores de Fénix y miembros de la cooperativa de LyF del Centro pueden participar). Es decir, sólo los que han sido reconocidos como cooperativistas por la propia dirección pueden participar en el proceso, excluyendo al grueso de los 46 mil despedidos. Violando los estatutos, están impidiendo la votación de los jubilados, han rasurado el padrón electoral dejándolo en aproximadamente 15 mil compañeros, están impidiendo la participación de miles de compañeros alegando la falta de pago de cuotas, han hecho lo imposible por impedir que los representantes de la planilla opositora tengan escrutadores (al menos en las divisiones). A los compañeros de la planilla opositora se les aísla y expulsa de las instalaciones sindicales con agresiones verbales y físicas, incluso sin importar si son mujeres, como se puede ver en el siguiente video (sobre todo a partir del minuto 8).
Aun con todos los obstáculos, la burocracia no pudo imponer una planilla única y oficialista encabezada por el actual Secretario del Interior, Fernando Muñoz Ponce, llamada: “Once de Octubre”. Tuvieron que aceptar a su pesar la planilla 2 “Para Todos Todo”. El estatuto indica que para que se pueda registrar una planilla se requiere 500 firmas de apoyo, los compañeros juntaron 1,400 pero la burocracia rechazó 540 firmas de manera facciosa e incluso recurriendo a llamadas telefónicas para que compañeros firmantes se deslindaran de su firma y se pudiera acusar a los opositores de inventar firmas. Hay que señalar que el encargado de la revisión de las firmas es la Secretaría del Interior, encabezada por Fernando Muñoz Ponce, que es juez y parte siendo secretario del interior y el que encabeza la actual planilla de los charros: “Once de Octubre”.
Pero los vientos de cambio que tras el terremoto electoral han llegado a los sindicatos, amenazan los planes de la burocracia por perpetuarse y mantener sus negocios millonarios. En la planilla opositora se está concentrando el descontento ante la línea burocrática, empresarial y charra que traicionó al movimiento surgido tras la extinción de Luz y Fuerza del Centro. Estos dirigentes pasaron de defender la industria pública a defender su privatización, en la práctica aliándose con Peña Nieto, pactando la entrega del pasivo laboral a cambio de negocios y privilegios para unos cuantos, subiéndose al carro de los intereses privados. La planilla “Para todos todo” plantea un cambio de rumbo, el rompimiento de los pactos traidores y el reencaminar al SME rumbo a la recuperación del empleo de los 46 mil despedidos a través del sector público y la inversión del Estado. Como nunca antes, la oposición latente y manifiesta se está haciendo oír y los grupos hasta ahora marginales están teniendo un eco entre miles de las bases del SME.
Debido a este terremoto, la dirigencia charra ha entrado en pánico pues se juegan intereses millonarios. Ha lanzado una campaña frenética de compra de votos al más viejo estilo priísta. Justo en medio de las votaciones, milagrosamente aparecieron las utilidades de Generadora Fénix, 5 mil pesos que de la mano de Mota Engil se están entregando a los miembros del SME. Además, se ha denunciado el pago de hasta dos mil pesos por firmar en la planilla encabezada por Fernando Muñoz, se utiliza de forma abusiva a la Nueva Central de Trabajadores para firmar en bloque documentos de apoyo a la burocracia sin el aval real de todas las organizaciones firmantes; incluso se han denunciado amenazas de muerte contra miembros de la planilla 2, especialmente contra los compañeros Mario Benítez y Antonio Almazán (adjuntamos imágenes donde golpeadores de la cooperativa amenazan de muerte y el video de la conferencia de prensa donde se hace la denuncia de ésta y otras amenazas).
Estamos viviendo una coyuntura en donde el neocharrismo sindical está herido de gravedad, de entre las grietas de ese viejo y podrido edificio están entrando nuevas fuerzas que pugnan por una verdadera democracia sindical al servicio de los trabajadores y el cumplimiento de demandas históricas del sindicalismo, pero se trata de una lucha de fuerzas vivas en donde el neocharrismo no se dejará enterrar sin dar batalla. Sólo una participación masiva podrá evitar el fraude que se está fraguando ahora mismo por parte de la dirección corrompida del SME. Sólo la dignidad y la memoria histórica pueden salvar al SME del debacle definitivo, de la perpetuación del charrismo gangsteril y de los siniestros intereses empresariales.
La moneda está en el aire. Fue posible derrotar el fraude electoral en el 2018 y será posible derrotar a los charros. Confiamos en que las bases del SME rescatarán a su sindicato, votando masivamente por la planilla 2: “Para Todos Todo”.