La Guerra de Vietnam es otro de los acontecimientos que los apologistas de los métodos guerrilleros señalaban como un ejemplo a seguir. La imagen de la retirada del ejército norteamericano, escapando de la catástrofe con helicópteros cayéndose de los portaaviones, es realmente inspiradora, pero es importante destacar el contexto en el que sucedió para valorar la hazaña y rescatar su ejemplo para futuras luchas.
En 1930 se había fundado el Partido Comunista de Indochina, dirigido por Ho Chi Minh, un intelectual vietnamita que, como muchos otros dirigentes de su época, se formó en Europa occidental, en torno a los esfuerzos de la Tercera Internacional por impulsar la revolución en el mundo colonial. Igual que muchos otros, conoció el debate que dio lugar a la expulsión de la oposición de izquierda (trotskistas) de la Unión Soviética y de la Internacional, decantándose por el bando estalinista.
Luego de un breve periodo ultraizquierdista, la Internacional Comunista adoptó, en función de las necesidades de relaciones internacionales de la Unión Soviética, la política del frente popular. Este consistía en establecer alianzas con la burguesía nacional, sometiendo a las organizaciones obreras y campesinas al programa burgués y abandonando sus reivindicaciones.
En Vietnam, como en muchos otros países, el movimiento comunista se había desarrollado muy rápido debido a la necesidad de las masas para luchar contra el colonialismo y el capitalismo que se desarrollaba bajo la alianza entre los imperialistas y los terratenientes.
Las ideas de la oposición de izquierda tenían bastante fuerza, al grado de que para 1939, año del estallido de la Segunda Guerra Mundial, la ocupación francesa estaba principalmente dedicada a reprimir a los militantes trotskistas, lo que posteriormente permitió que los comunistas aparecieran como los únicos capaces de organizar a la población frente a la ocupación japonesa.
Cuando Japón invadió Vietnam, en 1940, el gobierno colonial fue sustituido por un régimen títere pro japonés y, ante estas circunstancias, el partido se vio en la necesidad de luchar, creando un frente de masas conocido como Viet Minh (Liga por la Independencia de Vietnam), que fue creciendo, pues era la única fuerza dispuesta a enfrentarse al imperialismo japonés, el cual significó, para las masas, todo un infierno, con la muerte por hambre de 2 millones de personas.[1] Así, la guerrilla del Viet Minh ocupó más y más regiones, especialmente en las zonas cercanas a la frontera con China.
En agosto de 1945, ante la derrota de Japón, las masas organizaron comités populares que asumieron el poder real en todo el país y, el 2 de septiembre, Ho Chi Minh proclamó la república. En vez de apoyarse en los comités, buscó formar un gobierno de coalición que incluía al partido nacionalista y al propio títere de la ocupación japonesa, Bo Dai. Incluso aceptó el regreso de tropas francesas en el norte, con la esperanza de una transición pacífica a la independencia.[2]
Esto sucedía en el marco de un proceso de agitación obrera y campesina hostil a un pacto con la burguesía y los resabios monárquicos, aun así, los acuerdos de la posguerra culminaron por concretar la traición.
Los británicos, y luego los franceses, regresaron y arrasaron con todo tipo de organización popular, incluyendo la de los propios comunistas oficiales que los habían recibido como aliados. La feroz represión fue respondida por las masas con un levantamiento generalizado.
Uno de los acontecimientos más vergonzosos que protagonizaron los dirigentes del PC fue el asesinato de Ta Thu Thau, dirigente comunista afiliado al trotskismo, muy popular entre las masas, y la insurrección fue aprovechada para descabezar a posibles competidores al PC en las organizaciones populares.
Los siguientes meses fueron utilizados por los ocupantes franceses e ingleses para exterminar todo vestigio del Viet Minh en el sur, a pesar de que la dirigencia comunista estaba dispuesta a colaborar con ellos.
Desde sus bases en el sur, el ejército colonial francés hizo todo lo que pudo para ocupar también el norte, desatando todo tipo de masacres contra la población civil. De tal modo que el régimen de Ho Chi Minh no tenía otra alternativa: o resistía o sería aniquilado. No había posibilidad de transacción, en la medida en que las potencias occidentales ya miraban con terror la extensión de gobiernos inspirados en la Unión Soviética, por tanto, apuntalaron el esfuerzo francés para recobrar el conjunto de su antigua colonia, lo que llevó a una feroz guerra de tierra quemada, que, por supuesto, impulsó a cientos de miles de campesinos a organizarse en el Viet Minh.
Para 1948, las principales ciudades, incluyendo Hanói en el norte, estaban controladas por los franceses, pero su dominio era relativo, ya que en todo el campo se establecieron zonas liberadas que poco a poco acumulaban fuerzas y armas. No se trataba de un foco guerrillero, sino de todo un pueblo armado.
El 16 de septiembre de 1950, el Viet Minh, ya como un ejército regular en forma, inició una ofensiva para controlar toda la frontera colindante con China y el éxito fue completo para finales de octubre. Como consecuencia de la campaña militar, murieron 5 mil franceses y otros tantos fueron hechos prisioneros.
Para enero de 1951, el ejército del Viet Minh lanzó una nueva ofensiva en las proximidades de Hanói, la cual fue rechazada, pero con graves pérdidas para los imperialistas. Ésta fue la tónica de todo el proceso en los años siguientes; ofensivas osadas que unas veces avanzaban y otras no, aunque siempre resultaron en un terrible desgaste para el invasor extranjero.
Para finales de 1953, los frentes se ampliaron por todo el país, al tiempo que paulatinamente los Estados Unidos se convirtieron en el principal apoyo económico del dominio francés.
Obviamente los imperialistas tenían información de que las formaciones regulares del Viet Minh estaban en las cercanías de la frontera con China, así que decidieron preparar un golpe final. Para ello establecieron como punto de partida para su campaña una gran acumulación de hombres y equipo en la base de Dien Bien Phu, a unos 300 kilómetros al oeste de Saigón. Aparentemente era un lugar ideal, por lo que ahí se creó una fortaleza que incluía un aeropuerto para facilitar el aprovisionamiento de más de 15 mil soldados franceses armados hasta los dientes.
No había tiempo que perder, porque si se permitía que los franceses se afianzarán tendrían una base para iniciar una campaña de aniquilamiento, de tal modo que el general Vo Nguyen Giap decidió arriesgarse y movilizar todas sus fuerzas, incluyendo el equipo pesado aportado por la República Popular China, para infligir una derrota decisiva a los imperialistas.[3]
Los franceses contaban con que sería imposible para una guerrilla atacar la fortaleza de Dien Bien Phu, pero para ese entonces el apoyo chino, derivado del triunfo del partido comunista sobre el Kuomintang, les había permitido a las fuerzas del Viet Minh construir un ejército regular, con artillería suficiente para someter a los franceses. Es importante acentuar que el trabajo de las masas para llevar toda la capacidad militar del Viet Minh al frente, desde la frontera de China, es uno de los hitos más grandes de la historia de los trabajadores por su liberación y, reiteramos, se trataba del pueblo en armas, cientos de miles de hombres y mujeres generando condiciones para que 50 mil soldados comunistas aplastaran a los imperialistas.
El día 13 de marzo de 1954, la artillería del Viet Minh abrió fuego. Día tras día se repitieron oleadas de fuego de cañones y morteros, seguidas de cargas de infantería, por lo que el 7 de mayo los franceses se rindieron, resultando 10 mil soldados franceses prisioneros, poco tiempo después tuvieron que abandonar el norte.
El resultado fue la liberación de Vietnam hasta el paralelo 17, en tanto que la parte sur tendría que esperar 20 años más. Francia terminó cediendo el dominio del sur a los Estados Unidos, quienes no tenían intención alguna de celebrar las elecciones que los acuerdos de la rendición señalaban se efectuarían en los siguientes dos años. En dicha zona se instauró una dictadura militar corrupta encabezada por Ngo Dinh Diem, un títere, una especie de Zelenski de la época.
El resultado de la represión anticomunista en el sur fue la creación de un movimiento insurreccional conocido popularmente como Vietcong, que rápidamente empezó a reproducir las tácticas que habían llevado a la victoria en el norte, es decir, consolidaron sólidas bases de apoyo en el campo, desde las cuales lanzaban campañas para ir debilitando al régimen de Diem.
Por lo tanto, el peligro de un resquebrajamiento del régimen de Diem era real, razón por la cual los Estados Unidos profundizaron su intervención, primero con armas y dinero, luego con asesores militares.
Con el visto bueno de los Estados Unidos, un golpe militar derrocó y asesinó a Diem, lo que aceleró los preparativos para una invasión militar directa. En agosto de 1964 un barco de la armada norteamericana acusó a Vietnam del norte de haberlo atacado en aguas internacionales (incidente del golfo de Tonkin). Aunque el ataque nunca sucedió, eso no importó, ya que los Estados Unidos usaron este pretexto para bombardear el norte y enviar en marzo de 1965 los primeros contingentes de soldados.
Entre octubre y noviembre de 1965 las tropas norteamericanas y survietnamitas se enfrentaron a los contingentes del Vietcong en el Valle de La Drag. El resultado fue sorprendente, ya que las fuerzas norteamericanas, lejos de vencer fácilmente, estaban a punto de ser aniquiladas, como había sucedido con sus colegas franceses 10 años antes. Sólo la inmensa concentración de unidades aerotransportadas y el desempeño de helicópteros que acudieron al rescate salvaron la situación para los norteamericanos.
A partir de entonces, el Vietcong combinó la acción permanente de hostigamiento de pequeñas unidades guerrilleras con la preparación meticulosa de ofensivas audaces del ejército regular, haciendo el mayor daño posible. Siempre incluyendo rápidas retiradas para evitar que el auxilio aéreo norteamericano pudiese anular la capacidad de combate del ejército popular.
El movimiento armado del Vietcong incluía, en el sur, a más de 300 mil combatientes, con millones de personas que servían en distintas tareas indispensables para mantener a los combatientes en capacidad de seguir luchando. Los norteamericanos tenían, es verdad, las armas más modernas del mundo, pero se enfrentaban a todo un pueblo, cuya expresión armada era un ejército regular que incluía una guerrilla bastante disciplinada y entrenada.
A partir de entonces comenzó una guerra de desgaste por parte de los vietnamitas, pero ya no habría amplias concentraciones de tropas que pudieran ser borradas del mapa con las armas de destrucción masiva norteamericanas. Por su parte, los norteamericanos se harían fuertes en zonas urbanas y en bases militares, para salir en campañas de verdadera tierra quemada con el fin de destruir toda posibilidad de que la guerrilla sobreviviera.
En tanto, las bajas norteamericanas fueron pasando de decenas a cientos y luego a miles, además de cientos de miles de mutilados de diversa índole, se habla de que en total participaron 2.5 millones de soldados, muriendo casi 60 mil de ellos. A finales de los años sesenta la sociedad estadounidense estalló en intensas protestas que llegaron a abarcar a más de 5 millones de personas en todas las ciudades importantes del país.
Por el contrario, los vietnamitas no tenían superioridad en ningún tipo de arma, especialmente el aire estaba dominado por los norteamericanos, lo único que tenían a favor, y al final fue lo más determinante, fue la participación de las amplias masas de campesinos y obreros, así como el conocimiento de su propio país.
En enero de 1968, cuando el gobierno norteamericano pensaba que la guerra estaba ganada y sólo quedaba continuar con las campañas de búsqueda y destrucción, se desató una ofensiva que le dio a la resistencia comunista la iniciativa estratégica. El día 21 de enero el ejército de Vietnam inició un asedio contra una base militar norteamericana en Khe Sanh, muy cerca de la frontera con el norte.[4]
Más de 3 mil soldados norteamericanos fueron rodeados y bombardeados por decenas de miles de soldados norvietnamitas. La histeria cundió entre los militares norteamericanos, provocando que todo el esfuerzo de guerra se concentrara en evitar una humillante derrota, como la que ya la habían experimentado los franceses en Dien Bien Phu. En dos meses de sitio murieron 205 marines y otros 800 fueron dados de baja como heridos.
El ataque real estalló el 31 de enero, pasando a la historia como la Ofensiva del Tet. Se suponía que luego de dos años de masacres, bombardeos y tierra arrasada, los vietnamitas ya no eran capaces de ofrecer ofensivas militares en forma, pero Khe Sanh les demostró que estaban equivocados. Los norteamericanos no tuvieron tiempo para reaccionar, ya que 80 mil soldados, entre fuerzas regulares y grupos guerrilleros, lanzaron un ataque simultáneo a 36 capitales de provincia y 64 capitales de distrito. La osadía incluyó la toma de la embajada de los Estados Unidos en Saigón.
En esos momentos había cerca de 500 mil soldados norteamericanos en Vietnam, lo que hacía aún más impactante que, por algunos días, la ofensiva los hubiese obligado a esconderse. Cuando los norteamericanos reaccionaron lo hicieron con una brutalidad absoluta, pero los costos de tratar de derrotar al Vietcong significaron una derrota política para los Estados Unidos, de la cual ya no se recuperarían.
Unos 12 mil guerrilleros habían ocupado Hue, una antigua capital histórica, pues había una urgencia frenética por evitar la humillación de la toma de una ciudad tan importante, y la única manera de hacer retroceder a los guerrilleros fue arrasando la ciudad por medio de bombardeos masivos.
El discurso de que el ejército de Vietnam y los guerrilleros estaban acabados quedó nuevamente en entredicho, cuando en mayo de 1968 lanzaron una nueva oleada de ataques. El día 10 de ese mes obligaron a mil 800 marines a escapar de la base de Kham Duc, la cual fue finalmente ocupada por el ejército de Vietnam del norte.
En agosto comenzó otra nueva ofensiva, esta vez de proporciones mucho menores, y al final del año la perspectiva de una victoria norteamericana estaba más lejos que nunca, así, pese a las decenas de miles de muertos en las campañas de ese año, las fuerzas de Vietnam del norte estaban en total capacidad de seguir combatiendo el tiempo que fuese necesario.
La Ofensiva del Tet, si se mira desde el punto de vista militar, fue repelida, pero desde el punto de vista histórico significó una derrota estratégica para los imperialistas; porque millones de personas, especialmente trabajadores, se movilizaron contra la guerra en los Estados Unidos y esto obligó al gobierno a retirarse de Vietnam. El orgullo herido exigía castigar al pueblo vietnamita y los salvajes bombardeos sobre aldeas y pueblos continuaron, así como distintas masacres en contra de la población indefensa, sin embargo, paulatinamente las fuerzas invasoras norteamericanas se fueron concentrando en sus bases y su número disminuyó paulatinamente. En 1968 había medio millón de soldados y para 1973 los últimos 4 mil 300 combatientes abandonaron el país. ([5])
Entre 1970 y 1973 los norteamericanos bombardearon inmisericordemente Laos y Camboya y la misma ciudad de Hanói. Dos años después de la retirada, el 30 de abril de 1975, las fuerzas revolucionarias tomaron Saigón, hoy Ciudad Ho Chi Minh.
La Guerra de Vietnam costó más de 2 millones de muertes, entre ellas las de casi 60 mil soldados norteamericanos. Fue una guerra de desgaste en la que un estado, la República Democrática de Vietnam, invirtió decenas de miles de millones de dólares con el apoyo de armamento pesado; primero de China y luego de la URSS. La guerrilla jugó un papel muy importante, pero como parte de una guerra de gran escala. Esa fue la enseñanza fundamental de la Guerra de Vietnam y un gran ejemplo de cómo y en qué contexto una táctica guerrillera puede funcionar.
Las consideraciones respecto del tipo de régimen que se estableció luego del triunfo de la guerra son las mismas que para China, pues las condiciones propias de la victoria y el contexto internacional, es decir, la existencia de estados obreros deformados como China o la Unión Soviética llevaron a Vietnam a reproducir los esquemas estalinistas, limitando en mucho los alcances del nuevo régimen; pero nada opaca y oculta el ejemplo que el pueblo armado de Vietnam dio a todo el mundo, especialmente en 1968 con la Ofensiva del Tet.
NOTAS
* El presente es en capítulo de la nueva edición del texto El Marxismo y la Guerrilla, próximo a su publicación.
[1] Bericat, Martin (2019). Bajo el doble yugo: Hambre y política en el norte de Vietnam (1944/1945). Primer Congreso Internacional de Ciencias Humanas-Humanidades, entre pasado y futuro. Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín, General San Martín.
[2] https://marxist.com/vietnam-1945-la-revolucion-descarrilada.htm
[3] Nguyen Giap, Vo (1971). Guerra del pueblo, ejercito del pueblo. México, Serie Popular Era, pág., 156.
[4] https://marxist.com/tet-offensive-part-one.htm
[5] https://marxist.com/the-vietnam-war-eye-opening-documentary-shows-full-horror-of-imperialism.htm