Escrito por: Héctor Malavé Gamboa
La verdadera lucha por la democracia en Campeche se encuentra en San Román y colonias aledañas: el distrito V. Son horas claves para el movimiento de transformación social, cada hora que pasa se pierde una valiosa oportunidad de enterrar al PRI.
Calakmul, Palizada, Candelaria, y Carmen, frontera con Tabasco, debieron ganar con facilidad para MORENA por su población simpatizante de AMLO. Lo mismo Champotón, plaza fuerte del laydismo en 1997, pero sin duda Calkiní, primer municipio ganado por MORENA en donde se encuentra ubicada la Escuela de Agronomía, todos ahora están en manos del PRI de Alejandro Moreno.
De las 26 entidades donde se renovaron congresos locales, en al menos 19 MORENA será mayoría: Baja California, Ciudad de México, Colima, Chiapas, Durango, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Sonora, Tabasco, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. El 70 por ciento aproximadamente.
En siete estados MORENA no obtuvo la mayoría del congreso local, uno de ellos fue Campeche, Chihuahua, Jalisco, Aguascalientes, Querétaro, Guanajuato y Yucatán. Los últimos cinco estados son el corazón de la reacción conservadora panista. Pero el Campeche y la Chihuahua priistas se mantuvieron en el límite de su hegemonía. ¿Por qué no le ganamos el congreso al PRI? ‘¿Qué pasó? ¿Qué falló? ¿Qué hizo falta? ¿Y por qué es importante que no le arrebaten el triunfo al distrito V?
Porque Antonio Jiménez fue el único candidato que supo leer que la fórmula para liquidar la tiranía priista de 89 años, era combinar el “efecto en cascada de AMLO” y el “trabajo de organización de base y formación política un año antes”. Fue el primer candidato de MORENA que aspiro a un cargo popular, Y mantuvo una constancia democrática para ser candidato. Su candidatura no se la regalaron. La política oportunista en cambió confió en la inercia popular, mediatizar su imagen, abrir las manos y esperar cómodamente, no todos, aclaro.
El resultado es que Jiménez se distinguió y ganó uno de los barrios tradicionales de Campeche como San Román, pero el gobierno de Alejandro Moreno, el Estado y los medios de comunicación locales, atrás las familias de poder, pretenden arrebatar el triunfo a las bases populares a costo de lo que sea. Por lo que la izquierda tiene que defender el triunfo con determinación napoleónica, no deben temer despeinarse o ser políticamente incorrectos. Detrás del discurso de “reconciliación del PRI” se encuentra que la dirigencia de MORENA se conforme con lo ganado y no les disputen lo poco que quedó. No hay que dejarles nada porque precisamente han dejado sin nada al pueblo de México.
La derecha panista en cambio sabe actuar con más inteligencia, tiene en su poder los municipios más importantes: Carmen y Campeche, tres diputados y un liderazgo que muestra mayor determinación que nuestros líderes de izquierda para defender sus espacios ganados. Guiñar el ojo a López Obrador.
¿Pero que está en juego? El corazón de la política local, sin el Congreso en manos del PRI, Alejandro Moreno tiene miedo que se aplique la lucha contra la corrupción que encabezará AMLO desde la presidencia, y sea llamado a rendir cuentas públicas desde el Congreso. Las horas pasan y el fraude del PRI que se operó el primero de julio continúa sin denunciarse con vigor. Los liderazgos tradicionales están estupefactos, al PRI ahora no le importa arrancar las migajas del poder en México. De la derrota lo ganando es victoria piensan, el PRI luchará por mantenerse vivo y recuperarse dentro de tres años, como un animal herido. Es más peligroso porque ya no tiene nada que perder.
Sin embargo, la dirigencia de MORENA, las bases de los candidatos que resultaron electos como Carlos Martínez, se han conformado por su solidaridad mediática y su respaldo moral. En otros casos, conferencias de prensa, pero eso no es suficiente, se requiere invertir todo el esfuerzo posible por convocar a las masas populares para presionar con firmeza y determinación al Instituto Electoral del Estado que no está jugando una política autónoma y en favor de la democracia, todo lo contrario.
Si sólo un porcentaje de los que votaron por MORENA se concentraran en los puntos clave de la ciudad, ejercerían una presión necesaria, pero lo más importante una lucha justa.
Es importante no escatimar esfuerzos, si no de la dirigencia, sí, de los líderes naturales de izquierda en conjunto con la base para obtener una victoria clave, más que en lo cuantitativo en lo cualitativo porque al parecer el candidato del distrito V es uno de los representantes mejor formados de los diputados que tendrá MORENA, cualquier otro premio de consolación sería un trágico revés para la democracia.