El 17 y 20 de junio se llevaron acabo las elecciones para renovar los comités delegacionales de las escuelas y centros trabajo en la Sección 11 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Los resultados entran en sintonía con lo que ha sucedido en los últimos meses en diversos sectores de trabajadores a nivel nacional, en donde observamos una búsqueda de alternativas para democratizar a los sindicatos y convertirlos en verdaderos órganos de defensa de los intereses colectivos de los trabajadores. El movimiento democrático, representado por el Bloque de Delegaciones Democráticas (BDD), tuvo importantes avances, obteniendo importantes triunfos en las delegaciones sindicales.
Otro hecho importante a analizar es reducción de la representación del grupo sindical en torno al actual secretario general de la Sección 11.
Mas allá de los números, estos resultados expresan una corriente subterránea que se está desarrollando entre una capa de trabajadores del Politécnico, los cuales están en búsquedas de alternativas reales en el terreno sindical, mismas que representen fielmente sus intereses y que defiendan firmemente las conquistas laborales. Buscan que las representaciones sindicales dejen de ser apéndices de los directores o funcionarios del Politécnico y se elimine la tan odiada corrupción que prevalece en la vida sindical.
Los observadores superficiales solamente analizarán los números, nosotros analizamos esta elección como parte de un proceso que se está desarrollando a nivel nacional, que impacta dentro del Politécnico y cuya tendencia es un despertar en la vida sindical de un sector importante de trabajadores.
La burocracia sindical y el charrismo en acción
Dentro del SNTE siempre ha existido una fuerte corriente que tiende a adaptarse a los intereses de las autoridades educativas y del gobierno en turno; que siempre ha permitido su intromisión en la vida sindical y asuntos de los trabajadores. En los últimos años los vimos actuar apoyando la contrarreforma a la Ley del ISSSTE en el año 2007, que entregó el futuro y el retiro de miles de trabajadores a manos de los banqueros por medio de las Afores; también los vimos apoyando la mal llamada Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto; pero, de manera cotidiana, los observamos de la mano de los gobiernos en turno, avalando una y otra vez iniciativas en contra de la clase trabajadora, a cambio los gobernantes les respetan los negocios que realizan utilizando el sindicato, a cambio de mantener el control de los trabajadores. A este fenómeno lo conocemos como charrismo sindical.
Por su puesto que el charrismo se ha ido debilitando, un golpe importante lo recibieron cuando el PRI perdió las elecciones presidenciales, pero los dirigentes del SNTE no dudaron en cambiar su apoyo a los gobiernos panistas, y ahora esa misma burocracia sindical ha declarado ser parte del ejército intelectual de la 4T, incluso ha comenzado a asumir en sus discursos parte de la tónica general del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Ahora, incluso hablan de un concepto prohibido en la vida sindical: democracia sindical, pero por supuesto que lo hacen a su conveniencia e interés.
Durante esta elección, algunos de los dirigentes de la Sección 11 del SNTE no escatimaron esfuerzos ni recursos con la finalidad de mantener bajo control a los trabajadores del IPN, sin embargo, no lograron su objetivo. Utilizaron la guerra sucia mediante panfletos, mensajes en las redes sociales en donde difundieron mentiras y rumores que buscaba dividir y desmoralizar a un sector de trabajadores. Utilizaron recursos del sindicato para favorecer a sus planillas en las delegaciones, obtuvieron el apoyo de un sector de las autoridades del Politécnico para poner trabas a las planillas provenientes del movimiento democrático, como fue el caso del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos No. 6 y el Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud, Unidas Santo Tomás, en algunos centros de trabajo enviaron a votar a las asambleas a personal de confianza.
La rueda de la historia y el ímpetu de los trabajadores por liberarse de las ataduras del charrismo sindical no puede detenerse con denostaciones, mentiras y recursos para comprar voluntades.
El movimiento sindical democrático
Los espacios a lo interno de la estructura del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que la base trabajadora ha conquistado, no han sido ningún regalo, tampoco ha sido obra de la “convicción democrática” de los dirigentes charros, pues nunca la han tenido; ha sido producto de la convicción, la organización y la lucha de la base de los trabajadores de la educación, que de manera tenaz y persistente han pugnado por la democratización del sindicato, para rescatarlo y que éste sirva a los intereses y las aspiraciones colectivas de los trabajadores.
En el Instituto Politécnico Nacional, el Bloque de Delegaciones Democráticas es parte de esta vertiente del movimiento democrático, que aglutina a un sector importante de trabajadores conscientes, que aspiran a democratizar al sindicato, defender las conquistas laborales y el poder adquisitivo de salario. Además, ha establecido tradiciones de lucha y organización entre una capa de trabajadores a través de los años, mediante un trabajo paciente pero obstinado.
La mayoría de las conquistas laborales en los últimos 15 años provienen de la iniciativa del Bloque, aunque no es mayoría dentro de la Sección 11. La propuesta sindical con la organización y la movilización de los trabajadores se han concretado.
Las planillas del Bloque se presentaron con algunas demandas generales, como es el cumplimiento de un acuerdo de homologación salarial que implica que los trabajadores del IPN no deben recibir incrementos salariales de manera anual a lo recibido por los trabajadores universitarios y de instituciones de educación superior que se encuentran ubicadas en el área metropolitana. Además, este año se demandó un incremento salarial por arriba de la inflación. Desde hace un año se viene demandando la regularización de un nivel salarial denominado Rango “D” en donde se encuentran 855 trabajadores, que debido a problemas presupuestarios su salario y percepciones se encuentran congeladas desde el año 2020, y un programa de retiro digno para los trabajadores que desean jubilarse. También presentamos un programa de democratización y transformación profunda de la Sección 11 y las representaciones sindicales, para que estas dejen de ser una instancia al servicio de un puñado de funcionarios sindicales y se conviertan en una herramienta colectiva, de organización, de concientización y de lucha de los trabajadores. Aunado a esto se enarbolaron las demandas particulares de los centros de trabajo.
En las elecciones se tuvo un avance relevante del número de delegaciones que se han sumado al Bloque de Delegaciones Democráticas, el movimiento democrático ha avanzado y se ha fortalecido.
Las tareas
Los avances hay que sopesarlos y generar una estructura para sostenerlos, además, debemos avanzar en la formación política e ideológica de los cuadros sindicales para ampliar su perspectiva, armarlos con una teoría que permita no solamente el desarrollo de una gestión sindical honesta, sino que se tenga también la capacidad de analizar la coyuntura local, del Politécnico, del sector educativo y a nivel nacional. Una de las tareas fundamentales en el próximo periodo será la fundación de una escuela de cuadros político sindicales.
Debemos avanzar en visualizar al sindicalismo en el contexto de la lucha de clases a nivel nacional e incluso internacional, como una herramienta de cohesión, organización y de lucha de la clase trabajadora por sus demandas inmediatas; pero también en la lucha contra el actual sistema político y económico, que siente tradiciones de organización, unidad y lucha de los trabajadores para cumplir la premisa que el revolucionario ruso, Vladimir Ilich Lenin, contemplaba sobre los sindicatos: ser una escuela para el socialismo.