1.- El gas y la gasolina son mercancías fundamentales en la vida diaria de las familias trabajadoras y del país en general, alrededor del 80% de las familias utilizamos el gas LP para las labores domésticas, cocinar o la limpieza personal.
2.- Los gobiernos del PRI y el PAN liberaron totalmente los precios del gas y estos fueron aumentando de forma exponencial, en 2015 el tanque de gas de 20 litros costaba 290 pesos, para 2017 su costo era de 324 pesos, al día de hoy se vende por encima de los 500 pesos.
3.- Si tomamos en cuenta que el salario mínimo no rebasa los 150 pesos, esto quiere decir que para comprar un tanque de gas se debe ahorrar más de 3 jornadas de salario, sin destinar un solo peso a otras necesidades.
4.- Además de los aumentos de precios, están los abusos de empresas que tienen el monopolio y juegan con las necesidades de las familias trabajadoras, vendiendo tanques a sobre precio o aumentando el costo del gas estacionario a placer, sin ninguna oportunidad que una persona pueda hacer algo contra esto. Cinco grandes empresas controlan la distribución del gas doméstico, los principales grupos gaseros que operan en México son Grupo Tomza, de Tomás Zaragoza Fuentes, que desde Baja California controla la mayor parte de la región noroeste del país junto con Zeta Gas, de su hermano Miguel Zaragoza Fuentes. En este listado de los G5 está también Gas Uribe, que dirige Óscar Uribe, y que tienen alta penetración en el Valle de México y sus alrededores, donde también comparte el reino de esta zona con Vela Gas, de Lázaro Bello.
5.- El gobierno federal, el 28 de Julio, por medio de la Secretaria de Energía, emitió un decreto, “Directriz de emergencia para el bienestar del consumidor de gas licuado de petróleo”, en donde se
ponen topes al costo del gas. Además, se dictamina la creación de una empresa pública de gas para distribuirlo a bajo costo.
7.- Ante estas iniciativas, las empresas privadas y distribuidores intentan realizar un paro y detener la distribución del gas doméstico. Su intención es clara, forzar al gobierno para dar marcha atrás en el tope del precio del gas y en la creación de la empresa pública.
8.- Está medida es un claro ataque, no sólo al gobierno sino a las familias trabajadoras, que hemos sido las más afectadas por el incremento del precio y por el posible “paro” para detener la distribución de gas.
9.- Los dueños de las grandes empresas privadas buscan solamente la generación de ganancias, en última instancia dejan el satisfacer una necesidad, el caso de la industria de la distribución del gas es un gran ejemplo de esto.
10.- Aquellos productos y servicios que atiendan una demanda fundamental debería estar nacionalizados y bajo el control democrático de los trabajadores y la sociedad para garantizar el uso del agua el gas, la comida, la salud, etc. No se debería lucrar con nuestras necesidades.
11. Tanto el gobierno como los sectores organizados de los trabajadores no podemos permitir chantajes de las empresas gaseras. Toda aquella empresa que se nieguen a distribuir gas, debería de quitársele la concesión inmediatamente y proceder a su expropiación sin indemnización y se debería apoyar en comités barriales y de los trabajadores para garantizar su distribución y asegurar el control de precios.
12.- Nuestra vida y nuestras necesidades primordiales deben estar por encima de los negocios de un puñado de millonarios. Si la amenaza del “paro” se concreta y se profundiza, deberíamos preparar una respuesta obrera y popular contundente, en los barrios y en los centros de trabajo, creando comités de lucha y abastecimiento.