Acoso y hostigamiento sexual hacia Sheinbaum: nadie se salva de la violencia en el capital
Ana Karen C.
Una mujer va caminando por la calle, como todos los días se dirige a su trabajo. En su camino va rodeada de gente, ella continúa, pensando en los pendientes, la casa, los hijos, el trabajo, la renta, las deudas, problemas de la vida cotidiana, etc. Es simplemente un día más, cuando de pronto… siente una respiración en la nuca y unos segundos después una caricia maliciosa sobre sus senos. Ella queda atónita, inmóvil, sin comprender lo que ha sucedido ante los ojos de tanta gente indiferente. El agresor se ha ido, el peligro ha pasado, pero los sentimientos de repulsión y vulnerabilidad se quedarán para siempre. Ahora lleva tatuada en la piel y en la memoria esa caricia maliciosa, pero en fin, es simplemente un día más…
El acoso callejero es una realidad a la que las mujeres estamos expuestas todos los días, desde piropos no solicitados y vulgares, miradas lascivas, acercamientos y tocamientos, etc. De acuerdo con cifras del 2022 reportadas por el INEGI, 45.6% de las mujeres sufrieron algún tipo de agresión en un espacio público al menos una vez en su vida. De estas agresiones, el 42% fueron de carácter sexual, donde el 64.8% sucedieron en espacios públicos –calles y parques– y el 17.8% en sus traslados en el transporte público.1
Esas son las estadísticas de nuestro país de las que lamentablemente la presidenta Claudia Sheinbaum ahora forma parte, pues el pasado martes 4 de noviembre fue víctima de acoso y hostigamiento sexual perpetrado por el ahora detenido Uriel Rivera.
Este evento, como hemos mencionado, forma parte de nuestra realidad cotidiana; sin embargo, toma mayor relevancia al darnos cuenta de que ni la mismísima presidenta, la mujer más importante del país en este momento, ha podido evitar ser víctima de la violencia estructural de este sistema putrefacto. Debemos sacar algunas conclusiones al respecto.
En la mañana del miércoles 5 de noviembre, Sheinbaum informó que había denunciado ante las autoridades correspondientes a su agresor. Más tarde ese mismo día, la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la CDMX anunció que el violentador ya había sido detenido posterior a la solicitud de ayuda de una chica que mencionó haber sido víctima de tocamientos no consensuados ejercidos por el mismo sujeto.
La pena a la que podrían someter al agresor va de 1 a 7 años de cárcel según las agravantes, y no nos queda duda de que todo el peso de la ley caerá sobre él. Pero esto nos hace preguntarnos, si solo la chica hubiera denunciado, ¿la justicia hubiera sido igual de expedita?
La respuesta nos la dan las encuestas de denuncias e impunidad en casos de violencia sexual. En el segundo semestre del 2021, el 99.7% de los casos de violencia sexual hacia mujeres mayores de 18 años no fueron denunciados.2 En 2023 el índice de impunidad directa fue del 93.63%, esto significa que tan solo 7 de cada 100 casos presentados en fiscalías estatales tuvieron solución.3
Es claro que aunque cualquier mujer puede ser víctima de violencia, el ejercicio de justicia no es para nada igual con las mujeres de la clase trabajadora que somos las víctimas diarias de la barbarie de este sistema.
Otra cuestión que recalcar es sobre la causa raíz de la violencia hacia la mujer. Una y otra vez nos han repetido que el enemigo es el patriarcado, que debemos luchar contra la violencia patriarcal arrebatándole los espacios históricamente ocupados por los hombres, abrirnos camino con las cuotas de género, romper los techos de cristal, etc. Pero el techo de cristal más alto se ha roto con Sheinbaum en la presidencia, tenemos un congreso paritario, las candidaturas y gobernaciones se plantean paritarias, el slogan mismo de este gobierno es “Es tiempo de mujeres”, tenemos policías e instituciones con perspectiva de género, entre otras tantas demandas de la agenda feminista que se han cumplido. Pero en verdad, ¿vamos ganando? Lo sucedido a la presidenta nos da una clara respuesta: NO.
¿Por qué todas las iniciativas para combatir el patriarcado (la introducción de tantas mujeres a los espacios de poder institucional y político, además de todos los protocolos y capacitaciones institucionales, los subsidios, las nuevas instancias…) no han bastado para erradicar o aunque sea disminuir significativamente la violencia hacia la mujer? Porque tal violencia no radica en el patriarcado, sino que el patriarcado es consecuencia de las relaciones de clase que existen en la sociedad pues este ayuda a la clase dominante a mantener tal estructura de explotación de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, si queremos combatir al patriarcado debemos combatir a su causa raíz: la sociedad dividida en clases, es decir al sistema capitalista que se beneficia de la violencia y explotación de las mujeres de la clase trabajadora.
La verdadera lucha para conseguir una vida libre de violencia no se encuentra en las instituciones burguesas con perspectiva de género, sino en la lucha organizada de nuestra clase para arrebatarle a los capitalistas nuestro derecho a guarderías de calidad para nuestros hijos, comedores y lavanderías comunitarias para deshacernos del yugo del trabajo doméstico, salarios por encima de lo mínimo necesario para garantizar nuestra subsistencia, servicios de salud pública dignos y suficientes, transporte público de calidad, casas de resguardo para las mujeres e hijos víctimas de violencia, etc. Todas estas medidas parecen lógicas y son mínimas, sin embargo, materializarlas implica una lucha directa contra los intereses del gran capital, sistema incapaz de proporcionar las condiciones mínimas en pro del lucro individual. En vez de ir avanzando en derechos y prestaciones, estos han sido recortados, nuestra vida como clase cada vez es más precaria y por lo tanto el tejido social se va descomponiendo más y más haciendo que la violencia de toda índole incremente, donde las principales víctimas siempre son los sectores más vulnerables y precarizados, como las mujeres obreras de este país.
Denunciamos y repudiamos el acto de violencia del que fue víctima Claudia Sheinbaum, pues es reflejo de lo que vivimos millones de nosotras, mujeres de familias trabajadoras, sin esperanza de recibir justicia. Por ello gritamos fuerte y claro: ¡No basta con romper los techos de cristal: debemos derrotar al capital!
1 Infobae. (2024, noviembre 29). Mujeres de la UNAM alzan la voz contra el acoso callejero en México: “El espacio es público, mi cuerpo no”. Infobae. https://www.infobae.com/mexico/2024/11/29/mujeres-de-la-unam-alzan-la-voz-contra-el-acoso-callejero-en-mexico-el-espacio-es-publico-mi-cuerpo-no/
2 México Evalúa. (2022, febrero 22). Crece la cifra negra de la violencia sexual en 2021: el 99.7% de los casos no se denunciaron. México Evalúa. https://www.mexicoevalua.org/crece-la-cifra-negra-de-la-violencia-sexual-en-2021-el-99-7-de-los-casos-no-se-denunciaron/
3 México Evalúa. (2023, octubre 23). La impunidad en México permanece por encima del 90%: hallazgos 2023. México Evalúa. https://www.mexicoevalua.org/la-impunidad-en-mexico-permanece-por-encima-del-90-hallazgos-2023/
