La Marea verde llegó a México y bajo la consigna “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”, miles de mujeres en todo el país nos hemos movilizado con el fin de lograr que el derecho a la interrupción legal del embarazo sea una realidad para todas. Poco a poco la marea verde va avanzando, se han subido las propuestas a los Congresos Estatales para reformar la ley que permita a las mujeres abortar antes de las 12 semanas de gestación.
El 25 de septiembre del 2019 el Congreso de Oaxaca aprobó despenalizar el aborto, es la segunda entidad federativa en reformar la ley a favor de las mujeres. Tres meses después, el 12 de diciembre en Hidalgo ganaron los votos en contra, ganó el conservadurismo, ganaron las y los representantes de partidos retrógradas y reaccionarios, ganaron aquellas y aquellos diputados que bajo la bandera de un partido progresista se abstuvieron o votaron en contra de los derechos de las mujeres, en contra de un avance social, de salud y de derechos humanos.
En el estado de Guanajuato, el pasado 26 de mayo se tuvo el mismo resultado, pero bien dicen que la marea cuando retrocede es porque viene con más fuerza, legal o no, el aborto se sigue y se seguirá practicando en todo el país sin importar la situación que se presente, el confinamiento no nos detiene, activistas, asociaciones civiles y diversas organizaciones siguen ofreciendo cursos, foros, conferencias y claro, dando información a todas las mujeres que desean interrumpir su embarazo. Es de reconocer la labor, que día con día se realiza para que otras mujeres puedan decidir sobre sus cuerpos.
En el estado de Veracruz se propuso el amparo para la despenalización del aborto, el cual planteaba la omisión legislativa de parte del Congreso del Estado referente a los artículos 149, 150 y 154 del Código Penal pues estos no permiten la práctica del derecho humano de las mujeres a la libre reproducción y acceso a la salud, reconocidos en la Constitución y tratados internacionales que México ha ratificado. El pasado miércoles 29 de julio las y los ministros expresaron que la vía por la cual se promovió el amparo era la incorrecta, no se pretendía reclamar una omisión legislativa, sino que la regulación es discriminatoria, pues los supuestos sí están regulados, lo que significa que un nuevo ministro deberá redactar un nuevo proyecto para permitir la despenalización del aborto en el estado y poco a poco en todo el país.
En el 2007 se legalizó el aborto hasta las 12 semanas de gestación en la Ciudad de México y la Suprema Corte de Justicia de la Nación se posicionó a favor, esto permite la apertura para que cualquier mujer encarcelada o acusada por abortar en otros estados acuda ante una institución superior defendiendo la inconstitucionalidad de su delito. Este ejercicio, que se está dando en torno al aborto como un tema de derechos humanos, aunque es lento es necesario, porque una vez que se declara que la penalización del aborto viola los derechos humanos de las mujeres el Estado deberá modificar sus leyes para ofrecer la garantía plena de los derechos de todas y cada una de nosotras.
Sin embargo, situándonos en la actualidad, dentro de este sistema capitalista sólo las mujeres que tienen los medios para comprar los medicamentos, trasladarse de un lugar a otro, de tener un celular con WhatsApp y poder ser acompañada de forma virtual o aquellas que pueden pagar un aborto en una clínica son las que pueden acceder a un aborto seguro, mientras tanto las mujeres indígenas o de contextos rurales, no pueden tener al alcance todo esto, si llegan a haber complicaciones no hay condiciones materiales para que tengan atención hospitalaria.
El derecho al aborto es el paso de las mujeres para poder decidir sin rendir cuentas a nadie sobre nuestra vida sexual y reproductiva, es un asunto de justicia social, es un derecho democrático para acceso a la salud pública de manera gratuita, las mujeres hemos servido a este sistema capitalista para producir mano de obra y hemos servido a un sistema patriarcal que nos encasilla en el rol de mujer=madre, reproduciéndonos, esto es una cadena, son engranajes que encajan perfectamente bien para la clase dominante. Nuestra sexualidad le ha pertenecido a estos sistemas para esterilizarnos o mantenernos reproduciéndonos a su conveniencia, respondiendo a los intereses de unas cuantas personas, pero no a los intereses de nosotras las mujeres.
Es importante recalcar que no todas las mujeres vivimos en las mismas condiciones materiales, ni geográficas que nos permiten acceder siquiera a un hospital, esto nos da una visión bastante amplia de cómo es que los derechos humanos básicos no están siendo garantizados por el Estado, de cómo las diferencias de clase permean en las mujeres a la hora de decidir sobre nuestros cuerpos. El acceso a los servicios médicos debe ser garantizado para todas las personas y la interrupción del embarazo debe darse en condiciones dignas, por eso buscamos que el Estado GARANTICE el aborto legal, seguro y gratuito a toda mujer que llegue a solicitarlo, sin importar condición socioeconómica, lugar de procedencia, estado civil o cualquier otra razón, sin ser criminalizadas.
¡Aborto sí o no, eso lo decido yo!
¡Educación sexual para decidir!
¡Anticonceptivos para no abortar!
¡Aborto legal y seguro para no morir!
*Liga de Mujeres Revolucionarias