A 7 años de la agresión porril en CU y del paro general en la UNAM contra el porrismo
PCR-CU
El 3 de septiembre de 2018, una manifestación de estudiantes, encabezada por CCH Azcapotzalco, llegaron a Ciudad Universitaria, con toda una serie de demandas legítimas en contra del autoritarismo y antidemocracia, por mejoras académicas y la defensa de la memoria de la lucha estudiantil, pues había sido borrado un mural. La respuesta de rectoría no fue el diálogo sino la represión, usando a los cuerpos represivos del Estado en las universidades: los porros.
Es importante rescatar lo mejor de la memoria del movimiento obrero y estudiantil revolucionario. La gran huelga de 1968, elevó la conciencia del estudiantado y en las escuelas se formaron comités de lucha que fueron combativos por los grupos porriles, formados conscientemente por el Estado. El documento que presentamos fue escrito en los años 70 por uno de los Comités de Lucha, el de la ESIME del IPN. Si bien tiene frases y nombres de viejas agrupaciones porriles, que hoy están fuera de contexto, en esencia es un texto que explica muy bien el fenómeno del porrismo que se ha extendido a diversas instituciones educativas, así como las razones de su nacimiento y sus vínculos con las autoridades, partidos políticos reaccionarios y estructuras gubernamentales del Estado. Por tanto pensamos que en su esencia es un texto vigente y útil para la lucha de hoy.
Entender el origen, historia, carácter, la forma de actuar del porrismo es importante. También hay que saber que la lucha estudiantil puede hacerles frente si está unida y bien organizada. Recordemos la huelga contra el porrismo en el IPN en 1987, que les erradicó de Zacatenco, innumerables batallas en la UNAM contra grupos como el 3 de marzo en CCH Vallejo, las huelgas de vocacional 7 (inspirados por la huelga de la UNAM en 99-00) que expulsaron a los porros de uno de sus bastiones más fuertes o la huelga politécnica de 2014 que golpeó contundentemente al porrismo, al punto de dejarlos casi extintos en aquel año. En estas batallas debemos destacar la huelga de los universitarios de hace 7 años.
Esta agresión fue el detonante, de forma explosiva toda la UNAM se fue a paro. Trotski llamaba a esto el proceso molecular de la revolución: la acumulación subterránea de descontento que estalla con una chispa. En este caso, la agresión porríl fue el detonante que desató la rabia acumulada contra el autoritarismo, la violencia y los crímenes del Estado. Hablamos de un rechazo a la violencia, ya había quedado marcado en la memoria el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, pero seguían ocurriendo abusos contra la juventud. Inaceptables casos de feminicidio sacudieron a la UNAM y al país, como el de Adriana Morlett (2010), su cuerpo fue encontrado en las inmediaciones del Instituto de Ingeniería, o el de Lesvy Osorio (2014), asesinada por su novio, también dentro de CU.
Lo que se expresaba hace 7 años es algo que no se ha resuelto: un problema de violencia sistémica, que afecta particularmente a los jóvenes y las mujeres, que ha llegado a niveles barbáricos. Hablamos de un capitalismo en decadencia y descomposición y de un estado putrefacto con una larga historia de crímenes contra la clase obrera y la juventud. Ninguna reforma hará que este sistema y su estado beneficie a los trabajadores y nosotros, sus hijos.
En esencia, el Estado es un aparato de represión para mantener los privilegios de la clase en el poder y de la propia alta burocracia. Usa a sus instituciones pero también a organismos no oficiales para conseguir sus fines. Los porros son un ejemplo de este segundo caso. No nos sorprende el actuar tan cínico, como el de los senadores del PRI, encabezados por un porro como Alito Moreno, de golpeadores. Pero los porros no han sido usados por una sola bandera política, sabemos que las autoridades de la UNAM, de otras instituciones y el mismo estado, pueden reactivar estos grupos cuando ven sus intereses amenazados.
Una lección importante de 2018, es que no basta con la rabia y disposición de lucha del estudiantado. Lo que vimos fue un golpe contundente contra el porrismo que evitó su proliferación en la UNAM, eso ya es una conquista importante. Pero faltó organización y el movimiento se desactivó muy rápidamente cuando tenía el potencial de avanzar más lejos y arrebatar más conquistas. Por ello, la capa más consciente del estudiantado debe prepararse, formarse y organizarse, antes de que nuevas coyunturas se desaten. Creemos que el objetivo último es una sociedad donde no haya violencia ni explotación, donde haya estudio para todo el que lo necesite y trabajo digno, por eso la lucha no solo se da dentro de las escuelas por mejoras académicas y democráticas (cosas muy importantes) sino que debemos aspirar a un cambio de raíz en la sociedad. Por ello te invitamos a sumarte a las filas del Partido Comunista Revolucionario.
















