Por: La Izquierda Socialista
La lucha obrera en Matamoros ha dado enormes lecciones a los trabajadores a nivel nacional, mostrando la fuerza que tiene la clase obrera si se une y paraliza la producción. Han obtenido demandas económicas no vistas en muchos años. Eso nos muestra que la lucha sirve y que podemos conseguir conquistas golpeando juntos.
Sería incorrecto idealizar la lucha o negar que ha habido problemas y errores, falta de experiencia, debilidades en la organización e incluso fisuras en la unidad, pues en cada fábrica hubo sectores obreros que no se sumaron a la lucha ni adquirieron la conciencia necesaria. Dichas debilidades fueron aprovechadas por la clase capitalista que impotente cedió a las demandas económicas pero en cada caso despidieron a trabajadores consientes que empujaron para adelante el movimiento. Hablamos de alrededor de 7 mil obreros despedidos que han sido boletinados. La lucha de clases puede ser cruda, varias compañeras y compañeros obreros ahora sufren buscando como sobrevivir. La unidad de los obreros despedidos con los obreros en activo es la única alternativa para este sector de compañeros -de esto no habla nada la Secretaría del Trabajo, que estuvo muy preocupada por las pérdidas de las empresas, pero ahora no dice nada por los miles de despedidos-. Los empresarios quieren evitar una organización democrática permanente, la clase obrera debe hacer heroica nuevamente a la ciudad de Matamoros y no desfallecer en su lucha.
La clase empresarial, aprovechando el reflujo, lanzó una violenta ofensiva usando la policía Estatal tamaulipeca y esquiroles para buscar levantar los paros y huelgas aún existentes. Promovieron un ambiente de violencia en la ciudad buscando generar miedo. Al no poder derrotar la huelga de la Coca Cola, presionaron para dar una solución y levantar esta emblemática lucha. Acto seguido continuó la arremetida en contra de los obreros que aún se mantienen combatiendo, incumpliendo acuerdos y reprimiendo con los policías estatales. La campaña contra la licenciada Susana Prieto se intensificó, desprestigiándola calumniosamente en los medios de comunicación, atacándola en medio de los piquetes de huelga y amenazándola. Esa brutalidad no ha logrado acabar con la lucha obrera.
Ante esto ha surgido la pregunta ¿cómo continuar la lucha obrera en Matamoros? Ante la cercanía de las elecciones estatales en una asamblea del movimiento 20-32, se decidió impulsar a un grupo de compañeros como candidatos sin registro a las elecciones locales. Hoy el congreso cuenta con mayoría panista, el partido que más acciones ha emprendido contra el movimiento obrero. De manera democrática, en asamblea en la plaza pública de Matamoros, se eligieron a los candidatos obreros a diputados locales, que son:
- Mayra Lizeth Cepeda Leal, candidata por el distrito 09.
- Juan Luis Gaytán Ramírez, el dirigente obrero de la Coca Cola, candidato del distrito 10.
- Everardo Gómez Aguayo, por el distrito 11.
- Gloria Isela Juárez Núñez, candidata al distrito 12.
Esta campaña se está impulsando con el apoyo solidario de la clase obrera, sin recibir recursos estatales. Los trabajadores han planteado un programa de reivindicaciones obreras como el acceso a capacitaciones, que las empresas estén obligadas a crear guarderías y erradicación de las listas negras. Si bien no hay un programa muy desarrollado ni acabado, estos compañeros tienen la ventaja de ser dirigentes, que se les ha visto en las batallas representando realmente a su base, muy diferente a los políticos partidistas oficiales.
El INE ha declarado que no son válidas estas candidaturas, aunque reconocen que pudieran obtener más votos que el resto de candidatos registrados. Es decir, que a los candidatos que han sido apoyados y electos por su base de forma democrática no se les reconocería el triunfo si ganaran. Los candidatos de los partidos burgueses, el PRI y el PAN, -o los de Morena, donde hemos visto un actuar antidemocrático de la burocracia y titubeante de su dirección-, son mil veces menos representativos que los candidatos obreros del 20-32. Las actuales elecciones no son más que falsa democracia. Hay que votar por los candidatos obreros y luchar por el reconocimiento de su triunfo.
Desde nuestro punto de vista participar de esta forma en las elecciones es una acción correcta que debemos apoyar. Esta campaña debe servir para levantar las demandas de la clase obrera, agitando y ayudando a fortalecer la organización. No se debe quitar el dedo del renglón en la construcción de sindicatos democráticos, luchar contra los injustos despidos, mejorar las condiciones laborales de los obreros, que el bono de 32 mil se dé anualmente incrementando de acuerdo a la inflación y que de manera paulatina se sostengan los aumentos salariales para recuperar el poder adquisitivo perdido en los últimos 40 años, que se obligue a los empresarios a aplicar condiciones de higiene y seguridad en todas las fábricas y transformar las instituciones para que exista un Estado no al servicio de los empresarios (como el actual) sino al servicio de los trabajadores.
Resulte como resulte la batalla electoral, la mejor conclusión, pensamos nosotros, es que necesitamos organizarnos tanto sindical como políticamente, la necesidad de un partido obrero es fundamental para luchar, no solo por reivindicaciones económicas sipo por el poder político, No queremos un régimen de explotación más democrático, queremos terminar con la explotación y un gobierno de los obreros y campesinos.