Escrito por: Adrián Alvarado*
Tras la renuncia de Juan Díaz de la Torre, Alfonso Cepeda asumió las riendas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), fiel representante del charrismo y la burocracia sindical, su llegada a la dirigencia nacional no cambiará nada en absoluto de las gestiones de sus antecesores de quién fue su más cercano colaborador. De acuerdo a sus propias palabras, el llegar a la dirigencia del sindicato “es un sueño”, ya qué como él. muchos dirigentes sindicales añoran estar al frente del gremio más grande de América Latina ¿y cómo no va a ser? cualquier burócrata aspira a manejar discrecionalmente los recursos millonarios que llegan a las arcas del sindicato cotidianamente, en su beneficio personal.
Un fiel representante del charrismo sindical
La característica principal de los dirigentes del SNTE ha sido su cercanía con el poder político en, cercanos a los gobernadores o presidentes en turno, han puesto los recursos y fuerza política del sindicato al servicio de sus intereses y aspiraciones personales y políticas. La mayor parte de los dirigentes seccionales (con honrosas excepciones) y los dirigentes nacionales no han sido sino títeres del poder político y económico desde donde les han otorgado algunos cotos de poder y les han permitido manejar el sindicato y sus recursos como si fueran un negocio personal.
Así Elba Esther Gordillo Morales, en su momento, estuvo cercana a los gobiernos priistas o panistas en turno, les ayudó, vía la estructura sindical, a acceder al gobierno y estos le permitieron enriquecerse a costa de las cuotas y recursos sindicales, hasta que ellos mismos la desecharon y la recluyeron en prisión, acusándola de algo que los afiliados al SNTE conocíamos: el uso ilícito de las cuotas sindicales y la malversación de fondos.
Por su parte, Juan Díaz de la Torre, ex secretario de finanzas durante la gestión de Elba Esther Gordillo, y catapultado por Enrique Peña Nieto a la presidencia nacional del SNTE, aplaudió frenéticamente la desaparición de derechos laborales de los trabajadores de la educación mediante la implementación de la mal llamada Reforma Educativa.
Alfonso Cepeda no es ajeno a estas prácticas sindicales. Pertenece a la Sección 23 del sindicato, que corresponde al Estado de Puebla y anteriormente participó en el Comité Ejecutivo Seccional de la Sección 38 de Coahuila, fue integrante del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE durante la gestión de Elba Esther Gordillo y posteriormente durante el periodo de Juan Díaz de la Torre, de 1998 a 2018.
Elba Esther Gordillo, le permitió ocupar la Coordinación del Colegio Nacional de Administración y Finanzas. Cuando esta cayó en desgracia, no tardó en olvidarse de sus lealtades y se sumó, como todos los dirigentes charros, al apoyo entusiasta a Juan Díaz de la Torre, con quién incluso escribió un libro, que por cierto es desconocido en los medios sindicales.
En las pasadas elecciones apoyó, como todos los dirigentes del SNTE, al candidato del PRI, Antonio Meade, vía el partido Nueva Alianza.
De acuerdo con Luis Hernández Navarro, el nuevo dirigente nacional del SNTE, es cercano al exgobernador de Coahuila Humberto Moreira, lo cual no es decabellado ya que Cepeda estuvo al frente de la Sección 38 del SNTE en ese Estado, no olvidemos que Moreira fue detenido por en España en el año 2016, acusado de vínculos con el crimen organizado.
A la renuncia de Juan Díaz de la Torre en la dirección nacional del SNTE, lo sustituye Alfonso Cepeda, operador de Humberto Moreira, cómplice financiero de Bernardo Quezada.
— Luis Hernandez N (@lhan55) 22 de noviembre de 2018
Además se le víncula con las operaciones financieras que Bernardo Quezada, diputado por Nueva Alianza y dirigente del SNTE, realizó. Las cuales consistían en realizar una serie de préstamos y créditos a afiliados del sindicato por medio de la empresa Etsa, con intereses que superaban el 180%; con los cuales logró comprar departamentos y propiedades en Miami que superaban los 8.2 millones de dólares.
Así es el comportamiento de los dirigentes del SNTE, el patrimonio y los recursos del sindicato lo administran como un negocio personal, del cual ellos son dueños mientras están al frente de la estructura y las responsabilidades. El poder del sindicato lo han utilizado para el beneficio y la satisfacción personal, no para el interés colectivo de los trabajadores de la educación.
Alfonso Cepeda, es parte de este círculo, y su visión no es muy diferente a la de sus antecesores, no representa ningún tipo de ruptura con el pasado, sino la continuidad. Incluso el día 24 de noviembre, declaró que el Congreso Nacional del sindicato para elegir nueva dirigencia se realizará hasta el año 2024, por lo que desea mantenerse en “su sueño” por lo menos 6 años.
Pasar a la ofensiva contra el charrismo sindical
Nada bueno podemos esperar los trabajadores de la educación de una sucesión en el sindicato a partir de acuerdos cupulares entre los grupos que representan Juan Díaz de la Torre y Elba Esther Gordillo Morales, sus intereses no son divergentes, coinciden en sus prácticas sindicales, aunque ahora mismo tengan diferencias que parten de los deseos de administrar personalmente los recursos del SNTE.
El único cambio real puede venir de las bases y del Movimiento Democrático de los Trabajadores de la Educación, debemos iniciar una campaña nacional por la democratización del SNTE, mediante asambleas y movilizaciones. Debemos aprovechar la ruptura que existe ahora mismo entre diversos grupos de la dirigencia corrupta para llamar a la unidad entre los sectores democráticos y aquellos que deseen luchar contra el charrismo sindical, no existe una sección del sindicato donde no exista un grupo o contingente disidente o que reivindique la lucha por la democracia sindical, es el momento se unirnos.
Sabemos que los diversos grupos democráticos, incluso a lo interno de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) hay diversos puntos de vista y posturas ideológicas diversas, pero nos une la idea de la democracia sindical y la lucha contra la burocracia y el charrismo sindical, pensamos que ahora mismo debemos poner esas dos demandas por delante y llamar a un gran Frente Nacional por la democratización del SNTE, eso no quiere decir que cada expresión o contingente debe abandonar sus puntos de vista o sus ideas, sino ahora mismo debemos poner por delante lo que nos une y en el transcurso de la lucha discutir los diferentes puntos de vista y las diferentes vertientes ideológicas. Ahora mismo el sectarismo es un elemento que no abona en la lucha y en la batalla por la democratización del SNTE.
Como muy bien lo señala el profesor Lev M. Velázquez Barriga, en una columna publicada en el periódico La Jornada el día 24 de Noviembre:
Por todo el país están diseminados consejos de lucha, colectivos y asambleas democráticas que han sostenido importantes contrapesos a los cacicazgos locales del sindicato, ellos son quienes están en la resistencia cotidiana contra el sindicalismo patronal en correlaciones de fuerza desfavorables y que también han jugado un papel organizativo fundamental en los momentos de coyuntura; estas pequeñas luces iluminando el país fueron esenciales en los desbordamientos regionales contra la fase más reciente de la reforma educativa y en el desconocimiento de los liderazgos de las secciones sindicales oficialistas que en muchos casos derivaron en la toma provisional de los edificios que el SNTE usurpaba en nombre de los maestros. Los recientes acontecimientos en el SNTE obligan a la coordinadora a repensar esta ruta democratizadora de largo aliento.
Más adelante comenta, acertadamente:
Si la coordinadora decide no tomar la iniciativa del cambio, con una ruta emergente para convocar a la unificación de las resistencias magisteriales organizadas y las inconformidades individuales o colectivas, otros lo harán sin ella, pero nadie por separado tiene la posibilidad de construir una posición hegemónica.
En este proceso es preciso comprender que todos son aliados y ninguno es prescindible, todas las diferencias caben si les une el fin común de desterrar al charrísimo histórico en sus dos expresiones que hoy aparecen en disputa, pero que han sido parte del mismo proyecto antidemocrático. Las cartas están vistas, lo más lamentable sería que no se construyeran consensos.
Los logros regionales y seccionales de la CNTE son incuestionables, sin duda la Sección 22 de Oaxaca, los sectores democráticos de la Sección 7 y la 40 en Chiapas, la 18 en Michoacán y la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación de Guerrero en la Sección 14, son grandes referentes en la lucha de los trabajadores de la educación y han aportado a la lucha democrática y revolucionaria de la clase trabajadora; además tenemos en el corazón del país al Comité Seccional Democrático de la 9, en la Ciudad de México. Además existimos diversos contingentes democráticos en cada una de las secciones del SNTE que hemos abonado desde nuestra trinchera a la lucha.
Debemos avanzar en la construcción de un gran frente nacional, construyendo acuerdos entre los diferentes contingentes, en el camino sectores nuevos y frescos, hartos del charrismo sindical, los cacicazgos y la corrupción se sumarán a la lucha, por su puesto que no solamente la lucha legal y estatutaria debe contemplarse, también la acción de masas en las calles y en las propias sedes del sindicato.
El profesor Lev lo señala correctamente:
la disputa por el sindicato de maestros empieza por minar los cacicazgos locales desde abajo, por la ocupación de los edificios sindicales, por el desconocimiento inmediato de las representaciones estatales, por exigir el reconocimiento de las representaciones democráticas que ya existen, y sí, por la conformación de un frente nacional de integración plural que participe en la renovación del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE.
Manos a la obra, hay mucho por hacer, el momento histórico por la disputa del SNTE se aproxima.
*Secretario General de la D-III-75, Bloque de Delegaciones Democráticas del IPN, Sección 11, SNTE-CNTE