Escrito por: Guillermo Flores, Sección 10 SNTE
La única alternativa para mejorar nuestras condiciones laborales y educativas es organizarnos. Aun cuando el movimiento democrático ha logrado arrancarle bastiones importantes al charrismo sindical, no ha logrado barrer con esa pandilla que lacera al sindicato. Por eso creemos firmemente que la lucha política tiene que transcender más allá de la lucha puramente gremial. Y en esta crisis social que está azotando a nuestro país, en los últimos años se han diluido oportunidades importantes.
Peña Nieto tiene un gobierno prendido sobre alfileres; apoyo popular no tiene, por todos los agravios cometidos a los trabajadores. También por todas las corruptelas que no han sido castigadas. Con Calderón, al igual que con Peña Nieto, dejamos ir momentos serios, no sólo para frenar los golpes, sino incluso para tirar sus gobiernos. Si esto se hubiera dado, tendríamos una mejor coyuntura para luchar contra el charrismo sindical.
Malversación de fondos y pactos oscuros
Un día después de que fue promulgada la reforma educativa, es detenida Elba Esther gordillo, el 26 de febrero del 2013, acusada de lavado de dinero por 2 mil millones de pesos, todo proveniente del dinero del sindicato, utilizado para la compra de propiedades y productos de lujo.
Desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, que la encumbró en 1989, pasando por Ernesto Zedillo y los gobiernos panistas de Fox y Felipe Calderón, manejaba mensualmente, por aportaciones de afiliados al SNTE, poco más de 100 millones de pesos mensuales. Es decir que en un sexenio llegó a manejar más de 7 mil millones de pesos, sin sumar las aportaciones extras de los gobiernos del momento, también recursos aportados por sus allegados, que colocó como funcionarios durante el gobierno de Calderón o de su partido, Nueva Alianza. Es, pues, francamente ridículo que sólo la hayan acusado por la malversación de fondos por 2 mil millones de pesos. Evidentemente, la detención obedecía a un rompimiento con el priismo, con el cual, tiempo atrás, había pactado la llegada de Peña Nieto al poder. La maestra, ampliamente formada en el mundo gansteril, fue incapaz de predecir lo que pasaba por la cabeza del gobierno de Peña.
Por otro lado, es bien conocido que el sindicato charro en tiempos de Gordillo igual negoció con priistas que con panistas pactos oscuros donde ofrecía la estructura sindical a cambio de libertad para el manejo de cuotas y encubrimiento de actos mafiosos.
Zedillo, Fox y Felipe Calderón negociaron con la maestra Gordillo. El ejemplo más conocido fue el del 2006, cuando pactó miles de votos para Calderón a cambio del ISSSTE, la Lotería Nacional, el CONALITEG y la Subsecretaria de Educación Básica.
En 2012 se formó una alianza con Peña Nieto, quien no puede despreciar la magnífica estructura del SNTE, en favor del PRI: miles de maestros institucionales cooptando y comprando votos para el candidato, exgobernador corrupto del Estado de México.
Reforma Educativa
El alejamiento de Gordillo y Peña Nieto se da cuando sale a la luz la iniciativa de reforma educativa. Y se agudiza cuando es aprobada por la Cámara de Diputados, en diciembre del 2012. Incluso la dirigente charra del SNTE se atrevió a decir que se atacaban los derechos de los trabajadores. La cúpula del SNTE notaba un serio golpe a sus intereses. La pandilla del sindicato de maestros estaba por perder gran parte del poder sindical.
Recordemos cómo en el 2008, cuando se firmó la Alianza por la Calidad de la Educación con la SEP, la mitad de las secretarías de educación estaban en manos de dirigentes gremiales afines a Gordillo y mantenían el control total de las plazas, carrera magisterial, cambios, permisos, etc. Con la reforma educativa todo el control pasaría a manos de los funcionarios.
Aunque era cierto que los derechos de los trabajadores de la SEP se vieron severamente afectados, a Gordillo poco le interesaba. Lo que en realidad temía era que su fuerza se viera disminuida, además de perder la posibilidad de seguir manejando en la total opacidad los recursos del SNTE.
Elba Esther llegó amenazar con movilizar a los maestros. Evidentemente, esto nunca iba a pasar. Estas acciones son un libro cerrado para los charros, pero pretendían lograr por lo menos una salida negociada, donde no se tocara los intereses del grupo gordillista. Por cierto, en aquellos tiempos todavía se le veía a Juan Díaz de la Torre muy cercano a la maestra.
Para sacar adelante su proyecto de reforma educativa, Peña Nieto, en primer lugar, necesitaba tener el control del SNTE, lo que fue relativamente sencillo, como se vio. Pero, por el otro, tendría que dar una dura batalla contra el magisterio democrático y esto sería mucho más difícil. La lucha magisterial del 2013 lo demostró.
La caída de Elba Esther
Con la detención de Elba Esther y tres de sus allegados se anunciaban más detenciones de sus colaboradores más cercanos. En la lista estaba el entonces secretario general Juan Díaz, quien le firmaba los cheques a la presidenta vitalicia del SNTE; entre 7 y 15 millones de pesos mensuales para los gastos personales de la maestra.
Juan Díaz de la Torre fue llamado a Los Pinos y dos días después de la detención de su jefa, en un congreso extraordinario al vapor, en Guadalajara, Jalisco, se decidía que ocupara el puesto vacío de la presidencia y, al mismo tiempo, conservaba la Secretaría General. El gobierno de Peña Nieto daba el espaldarazo a un dirigente más dócil.
La señora que un día traicionó a su padrino político, Carlos Jonguitud Barrios, 29 años después era traicionada por su alfil más cercano. El nuevo presidente del SNTE cambiaba de posición, y ahora se movía en favor de la reforma educativa.
En el VII Congreso Nacional Extraordinario, el 12 de febrero, en Puerto Vallarta, la planilla única encabezada por Juan Díaz de la Torre tomó nuevamente el control del sindicato magisterial, según los estatutos, por 6 años más. Dejó de manifiesto que la presencia que podría todavía tener Gordillo en el Sindicato se había desvanecido. Y no es porque no haya gordillistas en el SNTE que estén descontentos con la traición de Díaz de la Torre, sino que lo mejor era inclinarse ante el nuevo rey, siguiendo sus propios intereses.
Se da por entendido que hay gordillistas que se han pasado al barco de Juan Díaz de la Torre. Diferencias entre estos dos personajes no existen; mafiosos y serviles al mismo tiempo, todo en detrimento de los derechos laborales de los trabajadores.
Y algo que ya se esperaba. Este 19 de marzo, Díaz de la Torre, en una reunión con militantes de Nueva Alianza y José Antonio Meade, expreso “el apoyo del magisterio” al candidato priista. No podía ser de otra manera. Sin embargo, en sus palabras, hay un error: los maestros nunca nombraron a de la Torre su vocero; se elevó como dirigente del SNTE de manera tramposa y con los favores del gobierno de Peña. Por el contrario, miles de maestros seguirán dando la batalla contra la reforma educativa y por democratizar su sindicato. Mucho menos apoyaran a un partido –y a su candidato– que ha golpeado brutalmente al magisterio nacional.