El Estado de México se ha convertido en uno de los sitios más peligrosos de todo el país y América Latina, Ecatepec uno de sus municipios en donde a diario asaltan, roban, secuestran, pero también perpetran decenas de delitos contra las mujeres.
Las trabajadoras no solo deben cuidarse de que suban asaltar en el transporte público en Ecatepec, sino del mismo chofer que maneja. Como es el caso de la denuncia que nos hace llegar una militante de la Izquierda Socialista quien es prima de la víctima de los hechos que a continuación presentamos y que por miedo a la situación que hay y complicidad del gobierno del Edomex con las mafias de las rutas se ha preferido mantener anónima la denuncia.
Sin embargo, hacemos un llamado al pueblo trabajador a la organización popular a las defensas barriales contra todo tipo de abuso, a decidirse a denunciar y luchar para frenar la impunidad que a diario acontece en nuestro país. Jamás imagine cuando era niña, que a los 28 años me daría miedo salir incluso a trabajar.
Mi nombre quisiera comentárselos a que me dedico y que me gusta, pero ayer termine por asquearme del país en el que vivo y por temer a que sepan quién soy.
Basta decir que debo salir muy temprano a trabajar de la Avenida Recursos en Ecatepec para llegar a Nextlalpan y regreso casi anocheciendo. Desde hace años se ha vuelto un verdadero tormento trasladarse en Ecatepec para las mujeres, saber de las decenas de vecinas que se llevan en camionetas, las mujeres que dejan tiradas en lotes baldíos o entre la autopista.
Ayer 24 de agosto del 2017 como es la rutina de quienes debemos usar el transporte público, tome la combi que va rumbo a la central de abastos de Ecatepec de la ruta 30 ya que debía ver a mis compañeros de trabajo en el caracol para de ahí irnos a Nextlalpan. Me subí a la combi y pagué en cuanto me subí, le dije al chofer que bajaba en el Caracol.
En la base, la combi no estaba muy llena y algunos bajaron en la parada de paseos de Ecatepec y sólo se quedaron unos chavos que iban a la escuela los cuales bajaron en aves y sólo me quedé yo. Más adelante noté que cambió de ruta el chofer, se dio vuelta, en ese momento le dije: ¿no vas a central de abastos? Dijo que si, pero seguía yéndose por una ruta diferente a la permitida, por lo que le insistí: ¿entonces por qué das vuelta aquí? En esta ocasión no me respondió y yo comencé a sentirme angustiada así que le dije: aquí bajo y me dijo no. Le dije de nuevo bájame aquí. Aquí bajo y aceleró. Así que abrí la puerta.
Yo sólo pensaba en que si no se detenía me iba a aventar y aceleró más. Salió un carro negro de una de las calles y le pitaron y gritaron bajan. Y aceleró más así que el carro, que se percató que estaba en peligro y estaba sola, aceleró y se le cerró a la combi para forzar a que esta se frenará. Sólo así pude salir corriendo a la avenida principal con el único deseo de que no me hiciera nada ese sujeto. No pensé en las placas, o verificar el nombre del conductor los segundos que pasaron se convirtieron en pensar en que yo no sería la siguiente en la cuota diaria que reclama la impunidad en el Edomex.
Hago esta denuncia porque mi madre y tías ya fueron a la ruta 30 y lo único que recibieron fueron encubrimientos y burlas, minimizar la situación. Ellos saben quién es el cerdo ese que sigue en la misma ruta, esperando cualquier oportunidad para lograr lo que ayer no pudo conmigo.
Leo notas de madres, tías, amigas de mujeres que lamentablemente no pueden relatar lo que les sucedió, yo no gané nada, porque ayer perdí la confianza en poder salir libremente. Pero sigo viva, y prefiero denunciar esta situación porque guardarlo a estas alturas es igual de repugnante que cometerlo.
En Nezahualcóyotl en el mes de junio una pequeña de tan solo 11 años fue violada y asesinada cuando subía a una combi de la ruta 40, a tan solo cuadras de su casa. Esperemos esta denuncia pueda hacer que los dueños de la ruta 30 Investiguen el hecho y no sigan encubriendo a los delincuentes.
¡Vivas nos queremos!
¡ Alto a la impunidad y silencio!