Francia: La Unité CGT dice «¡Bloqueemos todo!»
Unité CGT
Reproducimos aquí la traducción de un artículo de Unité CGT, el ala izquierda de la Confederación General del Trabajo (CGT) en Francia, que representa a un número significativo de sus federaciones industriales y sindicatos departamentales. En él, Unité CGT llama a los trabajadores y a sus organizaciones sindicales a sumarse al grito de guerra «Bloquons tout!» (¡Bloqueemos todo!) y paralizar Francia el 10 de septiembre. Piden que esta movilización se amplíe para incluir ocupaciones de fábricas y una huelga general.
Esta demanda es 100 % correcta. La enorme ira de clase que existe en Francia debe ser canalizada por todos los principales sindicatos, incluida la CGT, para movilizar toda la fuerza de la clase obrera contra el podrido gobierno de austeridad de Macron y Bayrou. Los capitalistas están preparando nuevos ataques sin precedentes contra los trabajadores y los pobres: en palabras de Unité CGT, ¡cambiemos el terreno, bloqueemos la economía y acabemos con el capitalismo!
A partir de este mes de septiembre se inicia un nuevo ciclo de lucha de clases. La fecha del 10 de septiembre, anunciada desde julio para un «bloqueo total» del país, concentra la ira de muchos. En realidad, esta movilización se hace eco del poderoso movimiento de los Chalecos Amarillos de 2018 y de las movilizaciones sociales contra las reformas de las pensiones.
Dos años después del lamentable fracaso de la estrategia intersindical en 2023, este inicio del curso social hace converger en un mismo movimiento a diferentes sectores del mundo laboral [Leer este artículo].
Desde el 2 de septiembre, miles de trabajadores y trabajadoras de las industrias eléctrica y gasística están en huelga indefinida. Esta huelga masiva y ofensiva por los salarios y los precios justos puede ser la locomotora que dé fuerza y confianza a todos los trabajadores. Mejor aún, esta huelga tiene como objetivo unirse a la del 10 de septiembre, que puede suponer una nueva etapa en la generalización de las huelgas.
«Ha sido suficiente»: el proyecto de presupuesto para 2026, una monstruosidad antisocial, ha sido para muchos la gota que colmó el vaso. La lista de medidas previstas supone una violencia sin precedentes contra nuestras conquistas sociales, nuestros salarios y nuestras condiciones de trabajo: supresión de dos días festivos, congelación de las pensiones y las prestaciones sociales, supresión de la financiación de medicamentos, revisión del estatuto de enfermedad de larga duración, sangría de las colectividades territoriales y, por tanto, de nuestros servicios públicos, ataques al derecho laboral y al seguro de desempleo…
El primer ministro debería caer el 8 de septiembre, fecha de la moción de confianza en el Parlamento. No importa si este Gobierno cae, no importa si el presidente nombra a un nuevo primer ministro, del PS, de la derecha o de la extrema derecha, o decreta una nueva disolución de la Asamblea Nacional.
Ha llegado la hora de la lucha de clases: cambiemos de terreno, abandonemos los calendarios patronales e institucionales, desbordemos el curso de los acontecimientos, insuflemos en todas partes un clima de levantamiento social contra quienes masacran nuestras vidas.
¡Anclemos las huelgas en las empresas, ocupemos nuestros lugares de trabajo, bloqueemos la economía! Porque Francia está en crisis de régimen: más aún, tras diez años de Macron, estalla el resentimiento legítimo contra las élites políticas y económicas que saquean el país y explotan a los trabajadores y trabajadoras: «los de arriba ya no pueden y los de abajo ya no quieren». Por cierto, el mejor antídoto contra la extrema derecha es la lucha de los trabajadores y las trabajadoras, codo con codo en la lucha de clases contra el enemigo común.
¡Adelante para bloquearlo todo en la unidad del campo de los trabajadores, mediante la generalización de las huelgas, las acciones ofensivas y las ocupaciones de los lugares de trabajo! ¡Adelante para hacer desbordar el movimiento social hasta la victoria final!
¡Adelante para acabar con el statu quo, el institucionalismo y el capitalismo y su mundo de explotación, miseria, hambruna, genocidios y horrores! ¡Fin del mundo, fin de mes, misma lucha! [Eslogan del movimiento de los chalecos amarillos, en referencia a la crisis climática y del coste de la vida].