El pasado primero de abril fue detenida y desaparecida por unas horas Irene Cervantes, a manos de elementos de la policía de Chimalhuacán, al momento de la detención fue agredida a golpes por elementos policiacos, ocasionándole lesiones en la cabeza, marcas de estrangulación y pérdida de dos piezas dentales, además le fue sustraído su celular, dejándola incomunicada sin poder avisar a su familia de lo sucedido.
En 2019, Irene denunció el secuestro y violación de su hija de 12 años por parte de policías de Chimalhuacán, ante la Fiscalía de Justicia del Estado de México. Este caso como muchos otros que se dan en el municipio sigue impune. Desde la denuncia ha sido hostigada por la policía y en diferentes ocasiones ha recibido amenazas.
Tras este hecho, la hija de Irene solicitó acompañamiento a las defensoras del colectivo “Justicia para Diana” para localizar a su madre. El colectivo “Justicia para Diana”, fue creado para exigir justicia ante el feminicidio de Diana Velázquez Florencio asesinada el 2 de julio del 2017 en Chimalhuacán.
Se movilizaron diferentes colectivos de mujeres afuera de la Fiscalía Regional de Chimalhuacán, exigiendo la aparición de Irene, montaron un plantón exigiendo su aparición con vida. Después de varias horas Irene fue encontrada brutalmente golpeada, le tiraron un par de dientes y tenía marcas de tortura, la familia acudió a la fiscalía a denunciar esta agresión. Para el día 3 de abril el plantón continuaba y este fue fuertemente reprimido, en los videos se ven elementos de la policía con armas largas y gases lacrimógenos, en el plantón había familiares de víctimas, y algunos menores de edad. La “justificación” para este acto represivo fue la presunta vandalización de la fiscalía, en la represión no solo estaba la policía municipal, sino también la Guardia Nacional.
La represión, desaparición forzada de activistas y familiares de víctimas es cada vez mayor, en este municipio hay varias denuncias de feminicidios, violación y tortura que han cometido elementos de la policía, la tortura de Irene no fue más que una venganza por parte de esta. La presión mediática hizo que se detuvieran a 3 de las 5 policías que estuvieron implicadas, sin embargo, solo fue por unos días, se les fijó una multa de 15 mil pesos y seguirán el proceso en libertad.
Finalmente, a través de un comunicado, los colectivos se posicionaron en contra de los actos de intimidación pidiendo la salvaguarda de Irene y su hija: “Asumimos que la vida de la Sra. Irene y su hija se encuentran en grave riesgo y que las amenazas y violencia en su contra por parte de elementos de la policía”.
Este es uno de muchos abusos por parte de la policía de este municipio, hay una de un feminicidio acusando a un comandante, el atropellamiento de un transeúnte por un policía que manejaba en estado de ebriedad, extorsión a los choferes del transporte público, entre otras más.
El grado de descomposición social que existe entre los miembros de los cuerpos armados es cada vez mayor, hay un claro elemento de alienación, no solo de la protección de los intereses de la burguesía sino de sus instituciones. Durante el 8 de marzo algunos elementos de las llamadas Ateneas gritaban consignas apoyando la marcha, mientras que otro grupo en la plancha del zócalo tiraba gas lacrimógeno a las manifestantes. No existe una policía con carácter de género, no se puede reeducar una institución que está creada desde sus inicios para proteger los intereses de unos cuantos, no existe una reforma para los cuerpos represivos del estado, debemos pugnar por su desaparición.
Mientras exista el estado capitalista existirá la represión y violencia por parte de la policía, el ejército y la ahora Guardia Nacional, en donde a pesar de estar en un gobierno de izquierda se siguen cometiendo actos en contra de los activistas y población civil. Debemos luchar por desaparecer estas instituciones que están al servicio de unos cuantos.
¡Por la disolución de los cuerpos represivos!
¡Justicia para las víctimas de violencia policial!