2021 ha sido uno de los años más significativos en cuestión a los avances con respecto a la despenalización del aborto en México, así como de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) hasta las 12 semanas de gestación. Siendo Colima, Ciudad de México, Oaxaca, Veracruz, Hidalgo y Baja California los estados que han despenalizado y, en algunos casos, legalizado el aborto.
El 7 de septiembre del 2021, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró inconstitucional la penalización del aborto para las mujeres y las personas con capacidad de gestar. Aunque el ministro presidente Arturo Zaldívar detalló que esto no significaba la despenalización del aborto en todo el país, sino que ninguna jueza o juez podrá encarcelar a quien decida abortar. Al mismo tiempo, las mujeres que han sido arrestadas por tener un aborto pueden demandar a las autoridades estatales que se les retiren los cargos.
Activistas y organizaciones de mujeres planean ejercer presión a las autoridades gubernamentales para que liberen a las mujeres que en este momento están cumpliendo penas de prisión por haber interrumpido su embarazo voluntariamente. Esto para nosotras las mujeres, pese a ser un avance pequeño, es casi nulo, pues la criminalización y el estigma que recae sobre las mujeres que deciden sobre su cuerpo sigue y seguirá hasta que no se presenten las condiciones jurídicas y materiales necesarias para poder interrumpir el embarazo oportunamente.
Entre el estigma y la ley
Algo que obstaculiza la ampliación de la ILE en el resto de las entidades federativas es la forma en que ciertos dogmas religiosos, culturales y de clase influyen en las decisiones políticas. La cuestión del aborto sin duda alguna también es una cuestión de clases. Si bien, este se practica en todas las clases sociales, no tiene la misma repercusión en ellas. La diferencia entre los abortos clandestinos de mujeres empobrecidas y los abortos clandestinos de mujeres con grandes alcances económicos son abismales.
Según la OMS hay aproximadamente 47,000 muertes relacionadas por complicaciones de un aborto inseguro. Las muertes de mujeres por abortos clandestinos no son ninguna casualidad, por el contrario, tienen una causalidad en el sistema decadente capitalista. Hay mujeres que viven en situación de pobreza y marginación y son quienes tienen menos accesibilidad a recursos de salud dignos. También son las más señaladas, criminalizadas y estigmatizadas tras realizarse un aborto. Cuestiones que evidentemente repercuten en la salud física y mental de dichas mujeres. Por la manera en que opera el sistema judicial dentro de un Estado burgués, es más probable que una mujer proletaria sea encarcelada por decidir sobre su propio cuerpo. Por el contrario, una mujer burguesa fácilmente tiene las condiciones económicas necesarias para tener acceso a un aborto seguro e incluso tener acceso a una defensa jurídica si se diera el caso.
La lucha no ha terminado, apenas va empezando
Como hemos visto, el camino de la lucha por la Interrupción Legal del Embarazo en México es aun largo. De 32 estados federativos, solo en 6 se ha logrado que las mujeres puedan decidir sobre sus propios cuerpos. Si las mujeres no son dueñas de su cuerpo ¿Entonces de qué? El hecho de que en 6 estados de la república mexicana existe la ILE no es algo que cayó del cielo y mucho menos los tribunales nos han regalado. Esto es el resultado de una lucha constante que solo se logró a través de la conquista en las calles, a través de la organización de mujeres y sociales ejerciendo presión política. Ante este panorama, del cual queda mucho por recorrer, hay dos cuestionamientos que es preciso atender: el primero: ¿Qué hacer en los estados donde jurídicamente ya existe la Interrupción Legal del embarazo? Y segundo: ¿Qué hacer en los otros 26 estados donde aún no se avanza en materia de los derechos reproductivos de las mujeres?
Bien, en los estados donde ya se puede practicar un aborto de manera legal, las mujeres no pueden y no podemos conformarnos solo porque en una hoja de papel esté escrito, debemos de asegurarnos que cumpla con características básicas: Seguro y Gratuito.
Es vital contar con espacios seguros donde sea respetada y cuidada la integridad de la persona gestante que en ese momento necesite la interrupción del embarazo. Un cambio en la ley no significa un cambio en la mentalidad de gran parte de la sociedad conservadora mexicana, e incluso del personal del área de la salud. Esta es una de las más grandes barreras para la expansión de la ILE en el resto del país.
Otro aspecto muy importante es la accesibilidad de las mujeres de la clase trabajadora a una Interrupción Legal del Embarazo. En un Estado donde solo se garantiza un sistema de salud digno a una minoría con grandes niveles económicos, al resto de la población se le margina y no se les garantiza correctamente un sistema de salud. Con respecto a la ILE, las ricas abortan mientras las pobres mueren por no tener acceso a las mismas condiciones médicas y materiales. El hecho de que mueran más mujeres empobrecidas es el resultado de la sociedad dividida en clases sociales que origina el sistema capitalista.
Con respecto a la segunda interrogante ya mencionada, queda seguir tomando las calles, día con día, mes con mes, seguir tomando medidas radicales, pues no se puede “esperar” pacientemente” a que nuestros derechos humanos y reproductivos sean validados al antojo de una casta burocrática. Más que nunca, la organización entre mujeres y hombres de la clase obrera es la que ha traído la victoria en los demás estados, por lo tanto, es el único medio por el cual seguiremos expandiendo la marea verde en todo el territorio mexicano. ¡Aborto legal, seguro y gratuito en todo el país YA!