El 20 de julio de 2021, en Veracruz se aprobó la despenalización del aborto hasta la semana 12 de gestación, después de la Ciudad de México en el 2007, Oaxaca en el 2019 e Hidalgo en 2021. La entidad más reciente en haberlo hecho fue Baja California.
Si bien este es un suceso muy importante en cuestión de derechos reproductivos para la ciudadanía veracruzana, desde su aprobación no se había podido llevar en la práctica de manera adecuada, debido a la falta de clínicas ILE autorizadas y por la falta de organización y presupuesto en los hospitales públicos.
No fue sino hasta el pasado 20 de enero que la Fundación Marie Stopes anunció su llegada a Veracruz, y que comenzará sus actividades el primero de febrero, que se ofreció el servicio de interrupción legal del embarazo, además de métodos anticonceptivos y pruebas de detección de infecciones de transmisión sexual.
Asimismo, dicha organización no gubernamental dio a conocer que implementará los siguientes programas sociales:
-Programa educativo: pláticas y talleres gratuitos sobre temas de salud sexual y reproductiva para la ciudadanía veracruzana
-Parteras: capacitación en derechos sexuales y reproductivos, además de colocación de métodos anticonceptivos para parteras.
-Subsidios: de hasta el 100% para la comunidad veracruzana que no pueda acceder económicamente a un servicio de salud sexual.
Es innegable el gran paso qué sé ha dado al legalizar la interrupción legal del embarazo, todo gracias al movimiento amplio de mujeres organizado y de la sociedad para hacer valer los derechos de toda persona gestante, pero el gran atraso y falta de presupuesto en la salud pública del estado de Veracruz. Esto es ejemplo claro de las devastadoras políticas que se dieron durante el modelo neoliberal y la inmensa desigualdad social generada bajo el capitalismo que deja a la clase trabajadora desposeída, dificulta enormemente que los hospitales públicos puedan brindar satisfactoriamente este servicio, abriendo paso a que el sector privado se aproveche y saque un beneficio que, aun siendo una fundación, se trata de un derecho qué merecemos todas de manera gratuita y segura. A su vez, para otras personas como muchos indígenas o los habitantes de áreas rurales, el acceso a los mismos puede verse dificultado aún más por la falta de recursos económicos o de información sobre el acceso a dicha clínica, por no tener acceso a internet para conocer a la fundación, no poder contactarse con ella o trasladarse a la misma.
De esta manera, las condiciones materiales no son las mismas para toda la comunidad veracruzana, así como las diferencias de clase, dejando en evidencia la falta de preocupación del Estado burgués para garantizar los derechos básicos para los sectores más desprotegidos, inclusive para decidir sobre nuestros cuerpos. Después de todo, el aborto debe ser un procedimiento médico garantizado, gratuito y accesible para todas las personas que deseen interrumpir su embarazo.
El aborto es una decisión personal de las mujeres. Es un problema social que existe independientemente de que esté penalizado, despenalizado o legalizado. Su legalización no significa un aumento en los casos ni que se promueva que cada mujer embarazada lo realice. Es como el derecho al divorcio, que es muy necesario, pero no representa que se promueva que cada pareja se separe, pero que tampoco estés obligado a seguir con una persona con la que no quieres estar. La legalización abre la posibilidad de evitar la muerte de miles de mujeres que realizan estos procedimientos de manera clandestina, a condición de que el sistema de salud público dé acceso real al mismo.
Por lo tanto, la lucha y la unión por el aborto legal, seguro y gratuito debe continuar hasta que sea una realidad en el mundo. Es por eso que el movimiento amplio de mujeres (que debe asumir también una posición de clase), en unión con el movimiento obrero debe exigir un aumento al presupuesto de la salud pública, por la implementación de clínicas de interrupción legal del embarazo accesibles y gratuitas, y seguro social universal para toda la clase trabajadora.
¡Unida toda la clase trabajadora, mujeres, hombres y estudiantes haremos escuchar nuestra voz!