La noche del viernes 7 de mayo tres hermanos González Moreno fueron secuestrados violentamente con golpes y amenazas por un grupo de uniformados armados.Sobre los hermanos se saben datos como nombres y edades (Luis Ángel González, de 32 años, José Alberto, de 29 y estudiante de Geografía en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades., y Ana Karen, de 24) y que vivían en casa con su madre. Los ocho criminales portaban armas largas de fuego, uniformes color caqui y estaban encapuchados. Tan solo dos días después, en la mañana del domingo 9 de mayo, fueron encontrados los cadáveres correspondientes de los 3 hermanos. kilómetro 27 de la carretera Guadalajara-Colotlán, cerca de la comunidad El Pueblito, municipio San Cristóbal de la Barranca. En un inicio, las autoridades no revelaron que los cadáveres se trataban de los hermanos secuestrados. Fue el lunes 9 de mayo, a primera hora, cuando la familia de los tres hermanos fue avisada del hallazgo de los cadáveres para su identificación.
La respuesta de las autoridades al frente de las instancias supuestamente creadas para encargarse de velar por la seguridad de los ciudadanos ha sido nula, no sirve en algo para esclarecer los hechos. El fiscal del estado, Gerardo Octavio Solís Gómez, ha dicho que el secuestro, y posterior asesinato, de los jóvenes se debe a una confusión en la que los delincuentes vinculados a un cartel de narcotráfico tenían la intención de atacar a alguien ya identificado por ellos, es decir, corrían por cumplir un objetivo, que parce ser un ajuste de cuentas.
De hecho, media hora después del secuestro, los mismos criminales atacaron un vehículo donde iba a bordo una persona bajo custodia de la Fiscalía, y que, de acuerdo al fiscal, vivía en la misma calle de los hermanos González Moreno.
“Al parecer los jóvenes llevaban una vida aparte. No sé si podrían tener una relación vecinal (con el hombre que custodiaban los agentes de la FGR). Siempre existe la posibilidad (de una confusión), nunca la dejamos de lado. Sabemos que estos grupos del crimen organizado tienen que actuar de manera rápida y es posible que hayan cometido un error”, expuso Solís en rueda de prensa virtual. Esto declaró el mismo fiscal en una rueda de prensa.
Recordemos que en 2020 se cometió un crimen que llenó de indignación a todo el país
Cuando tres estudiantes de cine, Salomón Aceves, de 25 años; Jesús Daniel Díaz, de 20 y Marco Ávalos, de 20, fueron disueltos en ácido, un caso parecido en el que se les confunde con grupos del narcotráfico.
La respuesta de la juventud y la clase trabajadora no se hizo esperar
La tarde del 11 de mayo se realizó una manifestación, la cual inició en rectoría de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y terminó en la Glorieta de las y los Desaparecidos, en Guadalajara, Jalisco. Algunos medios reportan la asistencia de hasta más de 10 mil personas, participaron jóvenes, padres de familia y trabajadores.
Gran parte de los asistentes vestían de blanco. Sucedió de forma pacífica y no se presentaron incidentes. La gente ahí presente encendía velas y veladoras, mostraban, además de pancartas exigiendo justicia, fotografías de los rostros de las víctimas de este Estado burgués y parasitario, no solamente se exigía justicia por los hermanos González Moreno, también se exigía justicia por todos los desaparecidos, secuestrados, por los feminicidios y las víctimas de abuso sexual.
Las víctimas son estudiantes, trabajadores, jóvenes con aspiraciones deseos de desarrollarse como persona, todo esto se ve frenado por el terrible estado de inseguridad en el que nos encontramos.
Trabajadores, jóvenes, maestros, padres de familia, todos deben unirse bajo la consigna de justicia inmediata para todos los casos. El estado, es decir, el gobierno, los poderes del estado y sus representantes obedecen a intereses cortos que comparten como clase dominante, en realidad velan por el bienestar y seguridad de los más poderosos, empresarios y personas influyentes.
A las autoridades nos les interesa genuinamente nuestra seguridad. Los mismos gobernantes, los legisladores, están muchas veces coludidos con el crimen organizado. En lugar de sentenciar condenas contra ellos, obstaculizan y hacen todo lo posible porque la justicia no llegue.
La clase trabajadora debe apoyarse en la fuerza que posee. Hablamos de la mayoría de la población. Por lo que tiene una capacidad extraordinaria de movilización.
No se puede tener ninguna confianza en el gobierno de Alfaro, ni en la fiscalía. Al contrario, toda la confianza se debe centrar en la acción de la juventud y todo el conjunto de la clase trabajadora.
¡Justicia inmediata a todos los casos de desaparición y secuestros!
¡Abajo la fiscalía del estado y el gobierno de Alfaro!
¡Organización popular de los barrios y colonias de la juventud contra la inseguridad!