En junio de este año se llevaron a cabo unas ilegales elecciones en el Sindicato Mexicano de Electricistas para elegir medio Comité Central, incluida la cartera de Secretario General. Los pormenores ya fueron explicados en el artículo “SME: La falsa elección de Martin Esparza”. Desde junio a la fecha, la autoridad laborar no ha reconocido el “proceso electoral”. Actualmente el proceso ha sido impugnado por las corrientes democráticas en el SME, existiendo 7 demandas ante la Junta de Conciliación y Arbitraje que tienen que ser resueltas. Si la autoridad laboral no ha dado nueva toma de nota a la dirección del SME, se debe a dos razones principalmente: a las irregularidades encontradas durante el proceso y, sobre todo, a la movilización de los trabajadores para que se niegue la toma de nota a Martin Esparza por ser violatoria a los estatutos sindicales y a la nueva Ley Federal del Trabajo.
Actualmente no tenemos una dirección formalmente constituida, la toma de nota (el reconocimiento formal de la autoridad laboral, en específico de la dirección nacional de registro de asociaciones) ha sido prorrogada hasta el 31 de diciembre de este año, por las condiciones que ha impuesto la pandemia. Los charros buscan que su falsa elección le sea reconocida y les permita estar en el poder por otros cinco años sumado a los más de 15 que lleva Martin Esparza en la Secretaría General.
Los trabajadores democráticos hemos observado, sin embargo, una actitud titubeante de la Secretaría del Trabajo a cargo de Luisa María Alcalde Luján que no ha llevado la nueva reforma laboral hasta sus últimas consecuencias, quedándose en un discurso demagógico en lo que concierne a la democracia sindical. No sólo somos los trabajadores electricistas, está documentado el caso de los petroleros o el de nuestros hermanos telefonistas. En el caso de los electricistas nos hemos encontrado con demoras, con posturas ambiguas, tratos displicentes, etcétera.
Los trabajadores democráticos no pedimos la intromisión de la autoridad federal en los asuntos sindicales, somos fieros defensores de la autonomía sindical. Pero sí reclamamos el estricto cumplimiento de la Ley y la no protección de los charros de cualquier índole.
En ese contexto, nos encontramos en que la dirección prorrogada del SME intenta sacarse de la chistera una verdadera chicaneada. En medio de una pandemia, hay que recordar, y a través de una “asamblea virtual”, sin la totalidad de los miembros del SME que tienen derecho a participar en la toma de decisiones, “decidieron” —con comillotas— realizar una consulta para “ratificar” la votación.
Cabe resaltar que la figura de “ratificación” no existe en los estatutos para elegir una dirección sindical. En el SME se votaba de manera directa, secreta, libre, universal y sin coacción, los cargos para conformar los comités ejecutivos. Si Martin no tiene reconocido su proceso actualmente, no es por la falta de “ratificación del voto” sino porque hubieron graves irregularidades en el proceso, rompiendo así la democracia en el sindicato.
Los electricistas democráticos, somos mayoría, los charros se encuentran en franca minoría, asediados por la presión de los compañeros de base que les reclaman su traición. No vamos a reconocer ningún resultado que no sea producto de un proceso realmente democrático donde puedan participar todos, donde no haya dinero de por medio, donde no haya amenazas, donde exista un verdadero padrón, donde no haya violencia, donde los votos sean contados transparentemente, donde haya autoridades que puedan certificar la decisión de los trabajadores.
Los charros se saben derrotados, por eso no quieren ir a un verdadero proceso democrático y buscan en ocurrencias legitimar su trampa. Atrincherase en su “consulta” para reclamar su tan anhelada toma de nota. Y es que lo que está en juego son sus millones de generadora Fénix, los recursos de la cooperativa, el manejo de las instalaciones del sindicato: que no están dispuestos a perder.
Es por eso que hacemos un llamado a los trabajadores para que dejen abandonados a los charros, y le pedimos a la autoridad que lleve la Ley hasta las últimas consecuencias y que no se deje intimidar por la presión de los charros. Pedimos repetición de los procesos electorales, del 2019 y 2020 con participación de todos y con piso parejo.
*Integrante del Sindicato Mexicano de Electricistas