La opresión y el acoso callejero hacia la mujer no ha cesado ni siquiera en tiempos de confinamiento por el COVID.
En la “nueva normalidad”, las calles vuelven a ser transitadas por trabajadoras, las cuales son víctimas de las terribles conductas de acoso hacia su persona y su aspecto. Como ciudadanas que pagan sus impuestos esperan sentirse protegidas por los cuerpos de la ley que supuestamente velan por ellas.
Lastimosamente esto no puede estar mas alejado de la realidad; hace escasos días un joven universitario fue arrestado en el centro de la ciudad de Xalapa, Estado de Veracruz, debido a que sorprendió a dos policías mirando con lujuria a una mujer que caminaba por la calle; harto de la situación, que lamentablemente se ha vuelto tan común y que viven las mujeres día a día, ahora protagonizada por nada menos que dos agentes de la ley cuyo deber se supone que es proteger a los ciudadanos, el joven se les acercó y les llamó la atención acerca de sus conductas haciendo uso de palabras altisonantes. Aprovechando la excusa de la falta de respeto hacia la autoridad, no dudaron en arrestar al joven estudiante. Debido a la alarmante situación, un grupo de personas se acercó a grabar el acontecimiento; en el video, que ahora se encuentra en redes, se muestra al joven siendo esposado por uno de los agentes. El agente en cuestión se defiende diciendo que nunca miro a la chica, que sólo miraba hacia el banco que tenían que cuidar y hacia los perímetros del mismo. El chico obviamente alega lo contrario, relatando el hecho mencionado con anterioridad.
Fuera de quien tiene la razón en este lamentable suceso, es imposible negar la realidad que viven las mujeres. Tomando otros ejemplos de la situación que se vive en Veracruz, tenemos el caso de una niña de doce años en Poza Rica, víctima de acoso por parte de un agente policiaco, el cual, siguiéndola desde la patrulla, le lanzaba comentarios obscenos y propuestas indecorosas. Otro caso que terminó en tragedia fue a principio del año, en el que fue encontrada muerta una mujer, la cual con anterioridad había realizado una denuncia de acoso por parte de policías, los cuales le tomaban fotos sin su consentimiento, así como también la agredían verbalmente.
Sólo unos cuantos casos de muchos más que viven las mujeres en Veracruz.
El Estado no hace nada para castigar a los policías que se supone juraron proteger a la gente. Aquí se muestra la verdadera cara del Estado, en el cual los policías que no cumplen su deber, tienen el total derecho de arrestar a estudiantes que luchan en contra del acoso y el machismo. ¿Dónde está el cambio que han prometido?, se tenía la esperanza de que la cosas mejorarían con el nuevo gobierno, pero el panorama no es muy diferente que en anteriores administraciones.
Para poder cambiar la situación que hoy abruma a madres, hijas, estudiantes y trabajadoras, se tiene que cambiar la estructura gubernamental en su totalidad, sólo así se podrá eliminar la corrupción y garantizar una verdadera seguridad para todas esas trabajadoras que hoy caminan con miedo por las calles. ¡La seguridad del pueblo será socialista, o no será!