Mucho se ha hablado de las medidas que se deben tomar para enfrentar esta contingencia, el resguardo en casa para evitar lugares públicos y aglutinamiento. Esto es fácil decirlo, pero difícil acatar las órdenes, estas indicaciones no se pueden seguir y la población ha hecho caso omiso; cuando la mayoría de nuestra población vive al día. Huajuapan de León, Oaxaca es un claro ejemplo de cómo la economía y el sustento de cada día ha sido afectado de manera aguda, al enfrentarnos a esta crisis, donde la fuente de ingresos se debe al comercio formal e informal, negocios cerrados, las ventas a la mínima han obligado a varios comerciantes a cerrar y dejar locales. Los primeros días se pudieron seguir las indicaciones pero al pasar de los días estas medidas se fueron dejando en el olvido por la falta de ingresos. El aquejamiento por lograr adquirir los productos necesarios para el hogar y el alza de precios en diferentes productos han sido externadas por parte de la sociedad.
Este confinamiento representa una pérdida en el comercio local, parando la economía parcialmente, pero no los pagos de los servicios, luz, rentas, agua etc. La falta de dinero ha desatado un caos y estrés en las familias donde la violencia intrafamiliar ha aumentado debido a la convivencia y escases de dinero, la cual desata esta conducta en las familias mayormente patriarcales.
Incluso en el comercio informal se ha tenido que acudir al trueque ante las pésimas ventas, los campesinos e indígenas han tenido que comercializar sus productos a un valor mínimo para que no se pierda la inversión, mientras que las grandes empresas curiosamente siguen laborando generando ganancias para una minoría, dejando a un lado la salud de los empleados y posibles contagios, empresas como Elektra, Coppel y tiendas de auto servicio, una vez más nos han dejado ver la falta de empatía que los grandes empresarios tienen hacia sus trabajadores, mientras que el comercio local decae cada día más.
Por otra parte los empleados, al cerrar varios comercios, estos en la mayoría restauranteros, floristerías, entre otros giros que el gobierno ha marcado como servicios de no primera necesidad, se han quedado sin trabajo o les acortan las horas laborales, bajando los salarios debido a la poca demanda del consumo de alimentos o productos; el comercio informal, que es parte activa de este municipio, se le confino también por el toque de queda que ha dado el gobierno estatal como medio preventivo para la transmisión del virus.
Otra parte que se ha visto afectada directamente es la comunidad en el sector estudiantil, la cual juega un papel importante en la economía de esta localidad, una de las universidades más importantes del estado se encuentra situada aquí, misma que alberga a más de mil estudiantes y personal docente, así como empleados administrativos, donde son provenientes no solo del estado de Oaxaca sino de todo el país, es otro golpe duro para este municipio del cual dependen, obreros, personal de limpieza, restaurantes, lavanderías, generando más desempleo.
Si bien son necesarias las medidas para frenar el contagio, también es bien cierto que los gobiernos tanto estatales como municipales no han podido colaborar en bien de la sociedad de los huajuapeños, es evidente la desorganización por parte de los gobiernos y falta de apoyos a este municipio.
El problema no es acatar las medidas de resguardo, el verdadero problema es que no contamos con los recursos ni capacidad económica, social y política para hacerlo, incluyendo al sector de salud directamente, donde no se cuenta con hospitales, material y equipo médico adecuado para enfrentar el número de contagios, donde las instalaciones son austeras y el material es precario, las demandas del sector salud han sido expresadas por parte de los trabajadores, los cuales han decidido cerrar el servicio médico a la comunidad y solo atender urgencias, al no contar con este servicio público, la población tiene que acudir a hospitales particulares donde la burguesía se ha aprovechado de la situación elevando los costos por el servicio que te ofrecen, puesto que no hay nadie que los regule. Se ve el desgaste, y la crisis que va dejando a su paso, y cómo la clase trabajadora pagara las consecuencias de los malos manejos de los gobiernos que hemos tenido en el trascurso de la historia del país.
Esta contingencia ha dejado al descubierto la problemática y crisis del sistema en el cual nos encontramos sumergidos. Es necesario generar conciencias en nuestra sociedad para poder alzar la voz y ser escuchados, organizarnos, fórmanos un criterio amplio y trabajar en bien de la comunidad. Necesitamos acabar con este sistema de clase, nuestra lucha es por el bien de todos, buscando el beneficio en general de los y las trabajadoras y no de unos cuantos. Estos problemas son la cruel realidad de la clase más vulnerable y golpeada de este sistema capitalista ruin y misógino.